La nación insular de Madagascar ha sufrido cuatro años de sequía, provocada por una de las primeras hambrunas del mundo causadas por el cambio climático, y la gente se ha visto obligada a comer langostas y hojas silvestres para sobrevivir.
El país ha sido durante mucho tiempo propenso a las sequías e inundaciones, pero esta vez, una racha de casi cuatro años de sequía ha llevado a al menos 30.000 personas al nivel cinco de hambruna, el nivel más alto de inseguridad alimentaria reconocido internacionalmente, según el Programa Mundial de Alimentos de la ONU. Se teme que la cifra pueda aumentar drásticamente.
Más de 1,1 millones de personas de este país insular de África Oriental sufren algún tipo de inseguridad alimentaria grave y necesitan ayuda urgente en materia de alimentación y nutrición, según la ONU.
Los efectos de la sequía también han provocado pérdidas agrícolas de hasta el 60% en las provincias más pobladas.
Mientras la gente ha recurrido a comer langostas, hojas silvestres, barro y frutos de cactus para sobrevivir, la ONU ha advertido de una grave crisis humanitaria.
La portavoz del PMA, Shelley Thakral, dijo que la sequía está teniendo un efecto catastrófico en la gente, y añadió que éste es ya el cuarto año en que los agricultores han tenido que esperar a la cosecha.
«Se trata de personas que viven de la tierra, que sobreviven de ella, y que han sido desplazadas por la sequía. Han perdido su medio de vida, han tenido que venderlo todo», dijo Thakral a Al Jazeera.