Un detector de ondas gravitacionales de sobremesa basado en un trozo de cuarzo anular ha registrado dos misteriosas señales en sus primeros 153 días de funcionamiento.
No está claro qué son exactamente estas señales, ya que podrían proceder de varios fenómenos. Pero uno de esos fenómenos es exactamente lo que el detector está diseñado para captar: ondas gravitacionales de alta frecuencia, que nunca antes se habían registrado.
Es demasiado pronto para sacar conclusiones, pero la próxima iteración del detector podrá acotar la causa de la resonancia del cuarzo.
«Es emocionante que este evento haya demostrado que el nuevo detector es sensible y nos da resultados, pero ahora tenemos que determinar exactamente qué significan esos resultados», dijo el físico Michael Tobar, de la Universidad de Australia Occidental.
«Con este trabajo, hemos demostrado por primera vez que estos dispositivos pueden utilizarse como detectores de ondas gravitacionales de alta sensibilidad».