el deshielo del permafrost ártico podría liberar residuos radiactivos de las pruebas de la bomba atómica y de los submarinos hundidos de la Guerra Fría, así como virus y bacterias resistentes a los antibióticos, advierte un nuevo informe.
En las profundidades del permafrost del Ártico yacen residuos nucleares de la época de la Guerra Fría y patógenos mortales que pronto podrían salir a la superficie como consecuencia del rápido derretimiento del hielo, según sugiere un nuevo estudio.
Un equipo de científicos advierte de que hasta dos tercios del permafrost cercano a la superficie del Ártico podrían desaparecer en 2100 debido al cambio climático, ya que la zona se está calentando hasta tres veces más que la media mundial.
Los investigadores destacan las 130 armas nucleares probadas en la atmósfera por la Unión Soviética entre 1995 y 1990, que dejaron tras de sí altos niveles de sustancias radiactivas.
Además de los residuos nucleares, hay cientos de microorganismos actualmente congelados en el hielo.
Al descongelarse el permafrost, existe la posibilidad de que estas bacterias se mezclen con el agua de deshielo y creen nuevas cepas resistentes a los antibióticos de los virus existentes.
Según el estudio publicado en la revista científica Nature Climate Change, ya se han encontrado más de 100 microorganismos en el permafrost profundo que son resistentes a los antibióticos.