Unas impactantes visualizaciones revelan la enorme nube de basura espacial creada por la prueba del arma antisatélite rusa de la semana pasada, que destrozó deliberadamente un satélite de inteligencia de 40 años en fragmentos.
El antisatélite ruso, o ASAT, se lanzó el 15 de noviembre y destrozó a propósito el satélite Cosmos 1408, de 4.410 libras, lanzado en 1982, porque ya no era operativo.
Según los expertos, los desechos espaciales de la colisión de la semana pasada sobre el Océano Atlántico -que incluían «unos 1.500 trozos de tamaño rastreable»- causarán estragos en las naves espaciales durante años, si no décadas.
A causa del impacto, los astronautas de la Estación Espacial Internacional (ISS), que orbita a 260 millas de la Tierra, recibieron la orden de refugiarse durante dos horas para dejar pasar los desechos.
Una empresa espacial criticó a Rusia por poner en peligro a la tripulación de la ISS, calificándolo de «acto irresponsable que perjudica a todas las naciones que realizan actividades espaciales».