Los coches quedaron sumergidos bajo el agua y las calles se convirtieron en ríos turbulentos en las ciudades israelíes durante el fin de semana, después de que las lluvias torrenciales y el frío azotaran la nación y provocaran inundaciones repentinas.
Un barrio que alberga a unas 18.000 personas en la ciudad israelí de Lod quedó completamente aislado por las inundaciones, según informaron los medios de comunicación israelíes el domingo. Las autoridades locales advirtieron a los residentes que la única forma de entrar o salir de la zona era en tren.
Los lugareños dijeron a los medios de comunicación que la vida en la zona se había paralizado, y que incluso las clínicas de salud y los centros de pruebas Covid habían dejado de funcionar.
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