Las autoridades han confirmado la muerte de al menos 16 personas como resultado de las inundaciones récord en el este de Kentucky, advirtiendo que se espera que el número de muertos aumente a medida que los equipos de búsqueda y rescate busquen a los desaparecidos de las comunidades arrastradas por las aguas.
«Esto no ha terminado. Aunque estamos haciendo labores de búsqueda y rescate, todavía hay peligros reales ahí fuera. El agua no ha llegado a la cresta en algunas zonas y no lo hará hasta mañana», dijo a los periodistas.
Las poderosas aguas se tragaron pueblos que abrazan arroyos y riachuelos en valles y hondonadas en la región de los Apalaches de Estados Unidos, anegando casas y negocios, destrozando vehículos en montones inútiles y aplastando equipos y escombros contra puentes.
Los desprendimientos de barro dejaron a la gente en las laderas empinadas y decenas de miles de clientes se quedaron sin electricidad el viernes por la tarde.
«Todo el mundo ahí fuera que está asustado, que no puede ponerse en contacto con uno de sus familiares. Los teléfonos móviles no funcionan en muchas de estas regiones», dijo Beshear. «Intentaremos conectar a tanta gente como sea posible.
