Un gran incendio en una instalación petrolera cubana se ha extendido a otros recipientes de almacenamiento, con cuatro tanques de combustible perdidos mientras los bomberos de varios países siguen luchando contra el fuego, que hasta ahora ha matado al menos a una persona y ha dejado más de 100 heridos.
La conflagración en las instalaciones petrolíferas de Matanzas, provocada inicialmente por un rayo el pasado viernes, continuó extendiéndose durante el fin de semana, incendiando el sábado un tanque de almacenamiento de combustible y provocando fuertes explosiones. El fuego seguía ardiendo el lunes, y a pesar de los esfuerzos por enfriar los tanques de combustible restantes, otros dos estaban comprometidos por la noche, y Alexander Avalos, del cuerpo de bomberos de Cuba, declaró que el incendio había «adquirido una magnitud mayor».
El gobernador de Matanzas, Mario Sabines, dijo que las llamas eran como una «antorcha olímpica» que viajaba de un tanque a otro, convirtiendo cada uno de ellos en un «caldero», y señaló que una columna de espeso humo negro que salía de la instalación hacía que toda la situación fuera más «complicada».
Las autoridades locales han advertido a los residentes en las inmediaciones que lleven máscaras al aire libre o que permanezcan en casa, ya que se cree que el humo contiene dióxido de azufre, óxido de nitrógeno, monóxido de carbono y otros gases tóxicos.
Cuatro de los ocho tanques de almacenamiento de la instalación están ahora fuera de servicio y, gracias al incendio, la compañía eléctrica cubana, gestionada por el gobierno, se vio obligada a cerrar el lunes por la tarde una de las principales plantas que dan servicio a la región occidental de la isla.
Al menos una persona ha muerto a causa del incendio, mientras que otras 14 siguen desaparecidas y 125 han resultado heridas, la mayoría por quemaduras e inhalación de humo, según Associated Press. Unas 24 personas han sido hospitalizadas, y cinco de ellas siguen en estado crítico.
Mientras que algunos bomberos siguen en paradero desconocido, las autoridades locales, así como el presidente cubano Miguel Díaz-Canel, han dicho que las abrasadoras temperaturas de las instalaciones petroleras hacen imposible las labores de rescate.
El incendio ha provocado la evacuación de casi 5.000 residentes, mientras los primeros intervinientes se enfrentan a la situación.
En respuesta a un llamamiento a los «países amigos» del Presidente Díaz-Cane, los gobiernos de México y Venezuela han desplegado equipos de bomberos para ayudar a las autoridades cubanas, equipados con cañones de agua, aviones y helicópteros. El ejército cubano también ha participado en el esfuerzo.