La preocupante alianza ha avivado el miedo entre los organismos de seguridad que temen que su alianza pueda tener consecuencias desastrosas.
El presidente ruso, ávido de guerra, escribió una carta en la que sugería que ambos trabajaran para «ampliar las constructivas relaciones bilaterales con esfuerzos comunes».
También aseguró que el Líder Supremo ayudaría a «fortalecer la seguridad y la estabilidad de la península coreana» para ganarse su confianza.
Recientemente, Kim arremetió contra el nuevo gobierno de su homólogo del sur, advirtiendo que podría «aniquilar» al presidente Yoon Suk Yeol.
Kim agradeció la ampliación de la amistad de Putin, señalando que el vínculo entre sus países se había formado en la Segunda Guerra Mundial con la victoria sobre Japón.
Añadió que la «cooperación estratégica y táctica, el apoyo y la solidaridad» entre los estados totalitarios había alcanzado un nuevo nivel.
Kim dijo que estaban unidos en su lucha contra las «fuerzas militares hostiles», una frase comúnmente utilizada para referirse a Estados Unidos y sus aliados occidentales.
La carta de Putin llegó a Pyongyang el día de la liberación de Corea del Norte, según el medio de comunicación estatal KCNA.
La coalición de naciones marginadas se produce mientras continúa la sangrienta invasión rusa de Ucrania, agravando las ya frágiles tensiones con Occidente.