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Las consecuencias de la catástrofe de 1986 han dado lugar a un claro ejemplo de selección natural darwiniana: las ranas más oscuras de la zona de exclusión están mejor adaptadas a su entorno y, por tanto, tienen más probabilidades de sobrevivir y transmitir los genes de su coloración.

Hubo una fuerte correlación con los lugares más afectados en el momento del accidente nuclear (Imagen: Burraco & Orizaola / Aplicaciones Evolutivas)

Las ranas con una mutación que les confiere una piel más oscura se han vuelto más comunes en los alrededores de la central de Chernóbil (Ucrania) tras el catastrófico desastre nuclear de 1986, según ha revelado un estudio. Normalmente, las ranas arborícolas orientales tienen la piel de color verde brillante, aunque es habitual encontrar un pequeño número en cualquier población con un exceso de melanina, que las hace parecer más oscuras o incluso completamente negras. Los investigadores creen que las ranas naturalmente más oscuras estaban mejor protegidas de la lluvia radiactiva tras la fusión del reactor, lo que les ayudó a sobrevivir en la «zona de exclusión» de 1.000 millas cuadradas alrededor del reactor siniestrado, mientras que sus homólogas verdes perecieron.

Los resultados completos del estudio se publicaron en la revista Evolutionary Applications .

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