Se calcula que 240 calderones que quedaron varados en la remota isla de Pitt, en el océano Pacífico, han muerto, apenas unos días después de que 215 ballenas murieran tras quedar varadas en la cercana isla de Chatham, según ha informado la oficina de conservación de Nueva Zelanda.
Dos «supergrupos» de calderones vararon en las dos islas de la remota cadena y los animales supervivientes, que no pudieron ser reflotados, fueron sometidos a eutanasia, informó el martes el Departamento de Conservación de Nueva Zelanda.
El sábado se encontraron 215 calderones varados en la isla de Chatham, y el lunes se registraron otros 240 en la isla de Pitt, según el departamento.
Dave Lundquist, asesor técnico marino del Departamento de Conservación de Nueva Zelanda, dijo que un equipo técnico había evaluado la situación de las ballenas varadas y se tomó la decisión de aplicar la eutanasia a los animales supervivientes.
«Esta decisión nunca se toma a la ligera, pero en casos como éste es la opción más amable», dijo Lundquist en un mensaje de correo electrónico.
El departamento de conservación no intentó reflotar a las ballenas en la zona debido al riesgo de ataque de los tiburones a los humanos y a las ballenas, dijo.