Las autoridades afirman que los ejercicios militares no están dirigidos a ningún país, aunque llegan en un momento de tensión con China.
Los cazas furtivos de Estados Unidos surcaron el cielo y los cohetes hicieron estallar enemigos imaginarios en el norte de Filipinas, mientras se acercaba el final de dos semanas de ejercicios de combate en los que 2.500 marines filipinos y estadounidenses participaron en simulacros de asaltos anfibios y otras tácticas costeras.
Los ejercicios con fuego real realizados el jueves en un remoto valle al norte de la capital, Manila, fueron el punto culminante de las maniobras conjuntas de preparación para el combate denominadas Kamandag -acrónimo en tagalo de «Cooperación de los Guerreros del Mar»-, que finalizan el viernes, según informaron funcionarios militares.
Celebrados simultáneamente con ejercicios de combate entre las fuerzas estadounidenses y japonesas en la isla septentrional japonesa de Hokkaido, los ejercicios japoneses contaron con la participación de otros 3.000 militares, dijo el general de división de los marines estadounidenses Jay Bargeron.
Bargeron dijo que los ejercicios garantizaban que Estados Unidos estaba «preparado para responder rápidamente a las crisis en todo el Indo-Pacífico».