La hipótesis de que los dinosaurios se extinguieron debido a un invierno global de 15 años causado por el polvo levantado por el impacto del asteroide Chicxulub en la península de Yucatán, en el golfo de México, ha sido confirmada por una investigación internacional liderada por el Real Observatorio de Bélgica. En Dakota del Norte (Estados Unidos), se ha realizado un estudio que ha sido publicado en Nature Geoscience. En este estudio se han encontrado nuevas evidencias basadas en partículas halladas en Tanis, un importante yacimiento fósil.
Los investigadores creen que sus conclusiones ayudarán a entender mejor las implicaciones climáticas derivadas de los diferentes residuos liberados en la atmósfera debido al impacto de Chicxulub, que tuvo lugar hace 66 millones de años, en la transición entre los períodos Cretácico y Paleogénico. A pesar de estar a una distancia de 3.000 kilómetros del cráter, se piensa que Tanis conserva en sus capas de sedimentos materiales vinculados al impacto de la gigantesca roca.
Se cree que los autores lograron calcular el volumen de las partículas de polvo que se desprendieron inmediatamente después del impacto del asteroide. Con el fin de evaluar los efectos relativos y combinados del polvo de silicato y el azufre en el clima terrestre posterior al impacto, se llevaron a cabo simulaciones paleoclimáticas. Además, se evaluó la influencia del hollín proveniente de los incendios forestales causados por el impacto.
De acuerdo a los resultados obtenidos, se puede deducir que el fino polvo de silicato de la roca pulverizada contaba con el volumen adecuado para mantenerse en la atmósfera por un periodo de 15 años, lo que a su vez ayudó a disminuir las temperaturas globales hasta en 15 grados Celsius.
Del mismo modo, la simulación de cambios en la radiación solar confirmó la hipótesis de un cierre fotosintético causado por el polvo durante aproximadamente dos años después del impacto de Chicxulub. Según Ozgur Karatekin, quien encabezó la investigación, las partículas de polvo causaron una interrupción total de la fotosíntesis en las plantas, lo que resultó en un colapso catastrófico de la vida. Fue calculado que el asteroide liberó alrededor del 75 % de polvo en la atmósfera, mientras que el 24 % fue de azufre y solo el 1 % consistió en hollín.
Durante la década de 1980, los investigadores Luis y Walter Álvarez presentaron la idea pionera de que el fin de los dinosaurios fue causado por la colisión de un asteroide que envolvió el planeta en una nube de polvo. No obstante, la comunidad científica no mostraba mucho apoyo a esa idea, ya que se creía que el polvo resultante del impacto no tenía la cantidad necesaria para mantenerse en la atmósfera durante el tiempo requerido.
Sean Gulick, un geofísico de la Universidad de Texas en Austin (EE.UU.), quien no estuvo involucrado en la investigación, comentó a AFP que, a pesar del meticuloso trabajo realizado, el estudio no logró brindar una respuesta definitiva al problema en cuestión.