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El 2 de noviembre , las Fuerzas de Apoyo Rápido de Sudán (RSF) rodearon un campo para personas desplazadas después de atacar una base militar cercana en Darfur Occidental. En los tres días siguientes, el grupo paramilitar llevó a cabo lo que podría ser considerado como la peor masacre en masa desde el inicio de la guerra civil en abril.
Según informaron los observadores locales a Al Jazeera , aproximadamente 1.300 personas fallecieron, 2.000 resultaron heridas y 310 siguen sin ser encontradas.
Montesser Saddam* relató cómo fueron de casa en casa buscando hombres y asesinando a todos los que encontraban. Afortunadamente, logró escapar por poco de la masacre y llegó a Chad el domingo. En las calles había una gran cantidad de cadáveres.
Según activistas y sobrevivientes, las recientes atrocidades forman parte de una campaña más amplia de RSF y sus milicias aliadas para eliminar a la tribu no árabe masalit de Darfur occidental.
Desde que comenzó la guerra civil en Sudán, tanto las Naciones Unidas como los gobiernos occidentales han expresado su condena por el asesinato y la expulsión sistemática de la población masalit de sus tierras. Sin embargo, las críticas y la preocupación no han impedido que RSF continúe cometiendo más atrocidades.
