El primer ministro Andrew Holness declaró a Jamaica en “zona de desastre” tras el paso devastador del huracán Melissa, una de las tormentas más poderosas que ha golpeado el Caribe en décadas.
Melissa tocó tierra como un huracán categoría 5, arrancando techos, inundando cultivos y dejando a más de 2,8 millones de personas sin electricidad. En cuestión de horas, la tormenta transformó paisajes enteros y arrasó con la infraestructura de la isla.
“Donde impactó el ojo del huracán, el daño fue devastador”, dijo Holness, quien aseguró que su gobierno ya trabaja en labores de rescate y reconstrucción.
El fenómeno meteorológico también ha causado al menos siete muertes en el Caribe, incluyendo tres en Haití y una en República Dominicana.
El ministro de Gobierno Local, Desmond McKenzie, informó que la mayoría de las parroquias jamaicanas sufrieron inundaciones, caída de árboles y cortes de energía masivos. “La parroquia de Santa Isabel está prácticamente bajo el agua”, señaló.
Mientras tanto, el ministro de Salud, Christopher Tufton, confirmó que cuatro hospitales resultaron gravemente dañados y que los equipos trabajan sin descanso para restablecer los servicios esenciales.
Melissa continúa su trayecto hacia Cuba y el sureste de las Bahamas, con vientos que podrían volver a intensificarse en las próximas horas.



