El Irán ha comunicado ocho muertes y 43 infecciones por el nuevo coronavirus, lo que ha llevado a los Estados vecinos a cortar las conexiones de viaje con Teherán, en medio de la preocupación de que las autoridades no hayan respondido con suficiente rapidez a la epidemia que se extiende rápidamente.
Turquía, el Pakistán, el Afganistán y Armenia cerraron sus fronteras terrestres con el Irán el domingo, ya que las autoridades de Teherán comunicaron tres nuevas muertes y 15 nuevos casos en un día.
Desde que la infección, conocida oficialmente como COVID-19, se detectó por primera vez en la ciudad iraní de Qom el miércoles, se ha producido un fuerte aumento de los casos en el país, mientras que el Líbano y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) dijeron que las personas que viajaban desde Irán habían dado positivo en las pruebas del patógeno al entrar en sus territorios.
El número de muertes en Irán es el más alto registrado fuera de China, el epicentro del brote, donde el virus se ha cobrado más de 2.400 vidas e infectado a más de 77.000 personas.
A medida que el virus se propagó en el Irán, las autoridades cerraron escuelas y cancelaron eventos artísticos y cinematográficos en un intento por detener el brote. También designaron al menos 230 hospitales en todo el país para tratar las infecciones.
Sin embargo, algunos miembros del personal médico están expresando su preocupación por lo que denominan falta de equipo adecuado en los hospitales, mientras que algunos miembros del público acusan al gobierno de no tomar las medidas preventivas adecuadas.
Un alto funcionario de la Organización Mundial de la Salud (OMS), por su parte, expresó su preocupación por las sanciones paralizantes impuestas por los Estados Unidos como parte de una campaña de «máxima presión» que podría afectar a la capacidad del Irán para hacer frente a la epidemia.