(Imagen de portada Ilustración )
El nombramiento del vicepresidente Mohammad Eslami al frente de la Organización de la Energía Atómica de Irán (AEOI) se produce pocos días antes de que un informe condenatorio confirme que el régimen dispone ya de suficiente uranio enriquecido para construir un arma nuclear en menos de dos semanas. Y se produce en un momento en que la problemática retirada de Afganistán ha hecho que tanto aliados como enemigos de Estados Unidos se cuestionen la voluntad del presidente Joe Biden en la escena mundial.
En la década de 1980, el general de brigada Eslami dirigió una delegación iraní para reunirse con Abdul Qadir Khan, el padre de la bomba atómica de Pakistán, que dirigía una extensa red de contrabando.
Y entre 2004 y 2007, como director del Instituto de Formación e Investigación de la Defensa -que forma parte del Ministerio de Defensa-, supervisó el desarrollo de los primeros vehículos de reentrada de misiles de Irán y las primeras fases del programa de enriquecimiento de uranio en las primeras etapas.
Esto le llevó a ser incluido en la lista de sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU en 2008.
Anoche, el ex director general adjunto del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Oli Heinonen, advirtió que había llegado el momento de adoptar un enfoque nuevo y más sólido ante la amenaza nuclear de Irán.
«Irán está enviando un mensaje de que no le importa lo que pueda pensar Occidente», dijo Heinonen, ahora con el think tank Stimson Centre.
«Además, en un par de días el nuevo informe del OIEA abrirá los ojos. Preveo que mostrará que las reservas de uranio enriquecido al 60 por ciento y al 20 por ciento, cuando se combinan, son suficientes para producir un dispositivo nuclear en unas pocas semanas, menos de dos meses.