Corea del Norte ha arremetido contra Corea del Sur y Estados Unidos por sus maniobras militares conjuntas, afirmando que los simulacros han llevado la situación en la península coreana a una «línea roja extrema» y han amenazado con convertir la región en un «enorme arsenal bélico y una zona de guerra más crítica».
El comunicado norcoreano, emitido el jueves, también amenazaba con la respuesta «más dura» y afirmaba que Pyongyang no estaba interesado en dialogar mientras Washington siguiera lo que calificaba de política «hostil».
La advertencia de Pyongyang se produjo días después de que el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, visitara Seúl y se comprometiera a aumentar el despliegue de medios militares avanzados de Washington en la península coreana