Hasta 300.000 personas en Beirut se han quedado sin hogar después de la mortal explosión que arrasó gran parte de la capital libanesa el martes, dijo el gobernador de la ciudad.
La poderosa erupción devastó barrios enteros y afectó aproximadamente a la mitad de la ciudad, dijo el gobernador Marwan Abboud a los medios de comunicación locales e internacionales.
Con numerosos edificios dañados por la onda expansiva, entre 200.000 y 300.000 personas en Beirut se han quedado sin hogar y necesitarán comida, agua y refugio. Las estimaciones preliminares sitúan los daños entre 3.000 y 5.000 millones de dólares y «tal vez más», añadió Abboud.
La devastación es un golpe más a la ya difícil situación financiera del Líbano, ya que el país está experimentando su peor crisis económica en décadas.
El puerto de Beirut, donde se originó la explosión, es una importante pieza de infraestructura, que sirve de puerta de entrada para el tráfico desde el Mar Mediterráneo al Líbano, así como a Siria, Jordania e Iraq.
Las autoridades libanesas vincularon la explosión con 2.750 toneladas de nitrato de amonio, que se habían almacenado en un almacén de Beirut desde 2013, cuando se confiscaron de un barco inseguro que, según se informó, estaba entregando la carga a Mozambique.
El compuesto químico se utiliza ampliamente como fertilizante y también es un componente utilizado en la producción de explosivos.
En el desastre han muerto al menos 100 personas y se prevé que el número de muertos aumente aún más.