Un estudio reciente investigó alrededor de 100.000 eventos sísmicos localizados para buscar patrones en los datos. El profesor Satoshi Ide de la Universidad de Tokio descubrió que los terremotos de diferentes magnitudes tienen más en común de lo que se pensaba. Esto sugiere que el desarrollo de sistemas de alerta temprana puede ser más difícil de lo esperado. Pero a la inversa, las similitudes entre algunos eventos indican que las características predecibles pueden ayudar a los investigadores que intentan pronosticar eventos sísmicos.
Desde la década de 1980, los sismólogos -investigadores de terremotos- se han preguntado hasta qué punto es factible predecir cómo se comportará un terremoto si se dispone de cierta información sobre sus condiciones iniciales. En particular, si se puede determinar la magnitud eventual basándose en mediciones sísmicas cerca del punto de origen o del epicentro. La mayoría de los investigadores consideran esta idea demasiado improbable dada la aleatoriedad del comportamiento de los terremotos, pero Ide piensa que hay más que eso.
«Inspirándome en un estudio que comparaba terremotos de diferentes tamaños, decidí analizar un conjunto de datos sísmicos de una región conocida como la zona de subducción de Tohoku-Hokkaido en el este de Japón», dijo Ide. «Una comparación sistemática de alrededor de 100.000 eventos sísmicos a lo largo de 15 años me lleva a creer que los terremotos no son diferentes de manera aleatoria, sino que comparten muchas similitudes».
Para hacer comparaciones entre diferentes terremotos, Ide seleccionó primero los ejemplos más grandes del conjunto de datos con magnitudes superiores a 4,5. También seleccionó terremotos más pequeños en las mismas regiones que estos grandes. Luego, Ide determinó matemáticamente qué tan similares eran las señales sísmicas entre pares de terremotos grandes y pequeños. Utilizó una función estadística para la comparación de señales llamada una correlación cruzada de los datos de 10 estaciones sísmicas cercanas a los pares de terremotos en cada caso.
«Algunos pares de terremotos grandes y pequeños comienzan exactamente con las mismas características de temblor, por lo que no podemos saber la magnitud de un terremoto a partir de las observaciones sísmicas iniciales», explicó Ide. «Estas son malas noticias para la alerta temprana de terremotos. Sin embargo, para los futuros intentos de previsión, dada esta simetría entre terremotos de diferentes magnitudes, es bueno saber que no son completamente aleatorios».
via scitechdaily