Las graves inundaciones sin precedentes en el condado de Maban, en el sur del Sudán, han afectado a casi 200.000 personas, entre ellas a refugiados y a la población de acogida.
Situada en el estado del Alto Nilo, la zona afectada alberga a más de 150.000 refugiados de Sudán.
El sur de Sudán se encuentra en un camino gradual hacia la recuperación tras seis años de guerra civil y ahora se enfrenta a inundaciones de las que la región no ha sido testigo en casi cuatro décadas.
El ACNUR, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, en colaboración con sus socios y las autoridades locales, se apresura a prestar apoyo de emergencia. La gente busca seguridad de las aguas de las inundaciones dondequiera que se encuentren tierras secas, sobre todo en las islas pequeñas, ya que los niveles de agua sin precedentes han sumergido vastas áreas.
La zona, cerca de la capital de Maban, Bunj, es propensa a las inundaciones en esta época del año debido a las fuertes lluvias estacionales. Sin embargo, los ríos inundados en el sur de Sudán provienen de las tierras altas de la vecina Etiopía, donde las lluvias son cada vez más intensas e irregulares, y también se están abriendo paso a través de barrios en ríos amplios y rápidos.
Los datos más recientes sobre las precipitaciones en el oeste de Etiopía muestran precipitaciones superiores a la media en los últimos 90 días, que han aumentado notablemente desde finales de septiembre. Los datos indican que en los últimos 30 días, más del 230 por ciento de la cantidad normal de lluvia ha caído allí, con un descenso estimado de 425 mm en comparación con el promedio de poco menos de 200 mm. Esto es más del doble del promedio de precipitaciones de las últimas cuatro semanas.
La población afectada necesita urgentemente ayuda humanitaria. La gente ha huido de sus casas, cargando sus pertenencias y viendo cómo se reúnen en pequeñas islas de tierra seca. Las aguas de las inundaciones han sumergido las principales carreteras, dificultando el acceso a los campamentos de refugiados para los trabajadores humanitarios. Las escuelas de la región también siguen cerradas.
Las inundaciones también han afectado el acceso a los servicios públicos, incluidos los hospitales y las instalaciones de saneamiento dañadas, lo que aumenta los riesgos para la salud. Nos sigue preocupando que las inundaciones puedan aumentar los riesgos y la propagación de enfermedades. El año pasado, el sur de Sudán fue declarado libre de cólera por el temor de que la mortífera enfermedad pudiera reaparecer.
Los refugios de emergencia, los alimentos, el agua y el saneamiento siguen siendo las principales necesidades de los refugiados y la población local. Como respuesta inmediata, el ACNUR ha almacenado previamente kits de refugio de emergencia y asistencia material para ayudar a más de 5.000 familias afectadas y a unas 25.000 personas a reconstruir y reparar los refugios dañados, pero se necesita más apoyo.
En la actualidad, el sur de Sudán acoge a casi 300.000 refugiados, principalmente del Nilo Azul y Kordofan del Sur. Otros casi 1,5 millones de personas se encuentran desplazadas internamente dentro del país.