La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el gobierno de la República Democrática del Congo están revisando las directrices para la atención segura de los pacientes del Ébola. El cambio se ha producido después de la muerte de un paciente debido a una segunda infección del Ébola. Hasta ahora se ha pensado que el Ébola confería inmunidad permanente a sus sobrevivientes.
En el Congo, la fiebre del Ébola ha matado a más de 2.000 de las 3.000 víctimas en total, desde que comenzó el brote en agosto de 2018. Es la segunda epidemia más grande desde una mucho mayor en África Occidental, que mató a más de 11.000 personas entre 2013 y 2016.
Sin embargo, los supervivientes del Ébola («los ganadores» o «los vanidosos») han tenido una importancia crucial en el cuidado de los afectados, especialmente los niños. Se pensaba que eran inmunes, lo que significaba que llevaban un equipo de protección más ligero, y que tenían períodos de contacto más prolongados con los pacientes, lo que ofrecía una oportunidad para el contacto humano, que es tan vital para una persona enferma.
Por el contrario, el personal médico debe observar las máximas precauciones de seguridad y pasar un mínimo de tiempo en contacto para evitar la transmisión.
Timbres de alarma
La mujer que murió era una sobreviviente, que atendía a pacientes del Ébola en un centro de tratamiento de ALIMA (The Alliance for International Medical Action) en Beni, un área de la zona roja, lo que significa que tiene el mayor riesgo de transmisión de infecciones.
Se suponía que ella, junto con docenas de otros sobrevivientes del Ébola, estaba protegida contra el virus del Ébola. Sin embargo, cuando se enfermó, los resultados de sus pruebas mostraron una infección del Ébola. Murió en julio, antes de que pudiera ser admitida para recibir atención médica.
El caso ha suscitado varias preguntas y es un «gran acontecimiento de bandera roja» para todo el personal clínico implicado en la gestión del Ébola.
Por ejemplo, los investigadores se preguntan si la primera prueba fue un falso positivo, haciendo del segundo episodio la primera exposición verdadera que tuvo. Alternativamente, tal vez podría haber sido una recaída después de una infección del Ébola curada de forma incompleta. Actualmente no hay una respuesta.
Peligro y dificultad en la gestión del Ébola
La atención del Ébola ya es difícil debido al conflicto interno en la región devastada por la guerra, donde el personal de los centros médicos y los trabajadores comunitarios se enfrentan al peligro tanto de la guerrilla como del virus. Varios de ellos han muerto en enfrentamientos y ataques selectivos.
Además, la contención es problemática, ya que los pacientes con alto riesgo de infección todavía se deslizan ocasionalmente por la red de cuarentena, lo que supone un peligro de propagación de la infección a otros lugares.
La investigación sobre la inmunidad al Ébola se está quedando rezagada con respecto a los conocimientos sobre su gestión y prevención. Sin embargo, el caso ha impulsado a las autoridades a redactar nuevas directrices que advierten contra la exposición de los sobrevivientes a una posible reinfección, por temor a una protección inmunológica incompleta. Se conocen varios casos de recaída, por supuesto.
Por ejemplo, una enfermera extranjera enfermó diez meses después de recuperarse de la infección. Sin embargo, en las recaídas conocidas anteriormente, los síntomas son más localizados y no mortales, dice la directora del Programa de Bioseguridad del Instituto Kirby de la Universidad de Nueva Gales del Sur, Raina MacIntyre.
No se ha confirmado ninguna reinfección desde su primer descubrimiento, en 1976. Además, un estudio mostró que 14 supervivientes del primer brote de Ébola todavía mostraban una reacción inmune a por lo menos una proteína del virus del Ébola después de 40 años. En su mayor parte, se ha asumido la inmunidad.
Todo esto podría cambiar ahora. Los sobrevivientes del Ébola tendrán que tener más cuidado cuando trabajen en centros de tratamiento, tal vez siguiendo las precauciones estándar si lo hacen.
Algunos posibles criterios de alto riesgo para los sobrevivientes del Ébola que están siendo reinfectados podrían ser que la infección inicial sea leve con una carga viral baja en la sangre. Esto podría indicar que su sistema inmunológico no puede generar una inmunidad completa, lo que los deja en riesgo de una segunda infección.
Además, a las mujeres embarazadas, cuyo sistema inmunológico está bajo control, y a las personas con VIH o infecciones de tuberculosis también se les puede prohibir cuidar a las víctimas del Ébola. La mujer que murió estaba embarazada en ese momento, aunque no reveló este hecho al personal del centro.
Duda y esperanza
El equipo de investigación sanitaria congoleño sigue estudiando el caso para tratar de comprender mejor lo ocurrido. Además, las autoridades han examinado detenidamente los detalles clínicos de todos los vanagloriantes que trabajan con pacientes enfermos del Ébola, y se han creado centros de tratamiento para asegurarse de que todos los empleados cumplen las normas de bioseguridad.
Mientras tanto, Johnson y Johnson han puesto a disposición una segunda vacuna experimental que probablemente entrará en uso la próxima semana. Aunque se dice que su uso forma parte de un ensayo clínico, hasta 500.000 personas podrían ser protegidas gratuitamente con la vacuna donada.