La ESA ha utilizado cuatro naves espaciales en órbita terrestre conocidas como la misión Cluster, para convertir la radiación EM de las tormentas solares que chocan contra nuestra atmósfera en sonido y los resultados probablemente persigan sus sueños durante algún tiempo.
La magnetosfera, el campo magnético generado por el núcleo fundido de la Tierra, actúa como un escudo que se cree que nos protege de ser cocinados por la radiación llevada por los vientos solares.
Por primera vez, para bien o para mal, los científicos han capturado cómo suena cuando estas partículas cargadas rebotan en el escudo de la magnetosfera y chocan contra las partículas entrantes detrás de ellas, creando ondas magnetoacústicas. Los resultados suenan como las maquinaciones nocturnas de un productor de dubstep demasiado cafeinado; no hace falta decir que algunos oyentes pueden encontrar esta `música espacial’ un poco perturbadora.
Nuestro estudio revela que las tormentas solares modifican profundamente la región de la premonición», dijo el físico Lucile Turc de la Universidad de Helsinki en Finlandia, quien dirigió un equipo internacional de investigadores. «Es como si la tormenta estuviera cambiando la afinación del pretexto.»
Los vientos solares soplan después de una erupción magnética a gran escala en la superficie del Sol, y también producen auroras, como la aurora boreal, en una extravagancia magneto visual.
En condiciones normales, «tranquilas», la magnetosfera produce una señal de baja frecuencia.
La próxima misión de la ESA, cuyo lanzamiento está previsto para febrero de 2020, nos ayudará a comprender mejor las condiciones que crean tales cacofonías cósmicas en el espacio justo encima de nuestro planeta.
El objetivo final es entender el clima solar para que podamos preparar mejor nuestra electrónica orbital y nuestra nave espacial operada por humanos en el futuro contra cualquier evento potencialmente catastrófico.
Los hallazgos del equipo fueron publicados en un nuevo artículo en la revista Geophysical Research Letters.