Según los resultados, más del 60% de los 14 millones de habitantes del país se consideran en situación de inseguridad alimentaria.
La hiperinflación, la pobreza, los desastres naturales y las sanciones económicas son algunas de las causas identificadas.
Las mujeres y los niños fueron «los más afectados por la crisis», ya que el 90% de los niños y niñas de seis meses a dos años de edad no consumían suficientes alimentos.
Hilal Elver, Relatora Especial de la ONU sobre el Derecho a la Alimentación, presentó sus conclusiones tras una visita de 11 días al país.
«No puedo dejar de insistir en la urgencia de la situación en Zimbabwe», dijo, y añadió que la crisis sigue empeorando.
Dijo que muchas de las personas que había conocido sólo podían permitirse una comida al día y que la mayoría de los niños que había visto tenían retraso en el crecimiento e insuficiencia ponderal.
«Las desgarradoras historias que he oído de abuelas, madres o tías resistentes que desesperadamente tratan de salvar a sus hijos del hambre, en medio de sus dificultades diarias, permanecerán conmigo».
La desnutrición crónica es endémica en todo el país, tanto en las zonas rurales como en las urbanas.
Las sequías y las condiciones climáticas irregulares han afectado a la producción agrícola, mientras que el aumento de la inflación ha exacerbado los problemas.
Elver dijo que los zimbabuenses con los que habló «explicaron que aunque los alimentos están generalmente disponibles en los supermercados, sus bajos ingresos combinados con una inflación que ha subido a más del 490 por ciento los ha puesto en una situación de inseguridad alimentaria.
Identificó otras causas de la crisis, entre ellas la corrupción generalizada y las sanciones económicas.
También señaló que Zimbabwe se encontraba entre los cuatro países con mayor inseguridad alimentaria, junto con los países asolados por conflictos.
Elver dijo que sus hallazgos iniciales serán seguidos por un informe más detallado el próximo año, pero pidió una «reforma inmediata».
«Se podrían adoptar medidas a nivel nacional para respetar, proteger y cumplir las obligaciones del Gobierno en materia de derechos humanos, y a nivel internacional, poniendo fin a todas las sanciones económicas», dijo.
«El extraordinariamente resistente pueblo zimbabuense no se merece menos».