Por lo menos 31 muertos y miles de personas desplazadas por las fuertes lluvias e inundaciones en el país insular del sur de África, dicen los funcionarios.
Al menos 31 personas han muerto en Madagascar después de una semana de fuertes lluvias en el noroeste del país, dijeron las autoridades.
Al menos 15 personas siguen desaparecidas en la popular isla turística, según la oficina nacional de gestión de desastres del país, debido a que las inundaciones se intensificaron en los distritos de Mitsinjo y Maevatanana.
La nación tropical del Océano Índico se encuentra en medio de una intensa temporada de lluvias de seis meses que a menudo provoca víctimas y daños generalizados.
Las lluvias han arrasado franjas de carretera y el acceso a las zonas afectadas ha quedado cortado.
Las lluvias torrenciales también hicieron intransitables importantes carreteras, mientras que una presa cerca de la ciudad de Tanambe se rompió, inundando las aldeas y las tierras de cultivo circundantes.
Desastre nacional
La Oficina Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (BNGRC) advirtió que las inundaciones en las tierras bajas y en las zonas de cultivo de arroz también planteaban un riesgo de «inseguridad alimentaria y malnutrición».
La interrupción del suministro de productos básicos también podría provocar un aumento de los precios, añadió la BNGRC.
El mal tiempo ha desplazado a casi 107.000 personas, y el Primer Ministro Christian Ntsay declaró la situación como un «desastre nacional».
«El gobierno está haciendo un llamamiento a las figuras nacionales y a los socios internacionales para que ayuden al pueblo malgache con ayuda de emergencia, recuperación temprana, rehabilitación y reconstrucción», dijo la portavoz Lalatiana Andriatongarivo en un comunicado.
La temporada de lluvias suele extenderse de octubre a abril en la ex colonia francesa frente a la costa sudoriental de África.
El calentamiento global ha incrementado el riesgo y la intensidad de las inundaciones, ya que la atmósfera contiene más agua y los patrones de lluvia se ven alterados.
Las zonas urbanas edificadas con sistemas de drenaje deficientes son especialmente vulnerables a los fuertes aguaceros, según los científicos.