Los observadores temen que una colisión de los dos objetos espaciales muertos hace mucho tiempo podría arrojar basura espacial en una amplia zona del espacio cercano, afectando a los satélites que todavía están en funcionamiento.

El Satélite Astronómico Infrarrojo (IRAS), un masivo telescopio espacial conjunto de 954 kg de los Estados Unidos, Holanda y Gran Bretaña lanzado en 1983, está trazando un rumbo para colisionar con el GGSE-4 (2828), un satélite militar experimental de 85 kg del Laboratorio de Investigación Naval de los Estados Unidos lanzado en 1967, según ha informado el servicio de rastreo de desechos espaciales LeoLabs.
En una serie de tweets, el servicio de vigilancia con sede en California, que vigila los cielos mediante una serie de radares terrestres, explicó que los dos objetos espaciales muertos se cruzarán entre sí con una separación de tan sólo 15-30 metros sobre Pittsburgh, Pennsylvania «a una velocidad relativa de 14,7 km/s», (es decir, casi 53.000 km por hora).
LeoLabs dice que este paso cercano es «especialmente alarmante considerando el tamaño del IRAS a 3,6 m x 3,24 m x 2,05 m», añadiendo que la masa combinada de los objetos aumenta la probabilidad de colisión a casi 1/100. La compañía predice que los objetos pasarán unos a otros a las 6:39 pm hora local del miércoles por la noche.
«Eventos como este resaltan la necesidad de un desorbitado responsable y oportuno de los satélites para que la sostenibilidad espacial avance», señaló la agencia de vigilancia.
Si se produce una colisión, es probable que cualquier escombro que se dirija a la Tierra se queme en la atmósfera. Sin embargo, la propagación de trozos de los dos objetos a los alrededores podría causar estragos en los satélites circundantes.
Hablando con Science Alert, la arqueóloga espacial de la Universidad Flinders, Alice Gorman, advirtió que la gran cantidad de potenciales desechos espaciales creados por una colisión hacen del encuentro «una de las colisiones posibles más peligrosas que hemos visto durante algún tiempo».

Según el académico, si la colisión tiene lugar, «van a colisionar a una velocidad increíblemente alta», causando que «el satélite más pequeño se rompa completamente en fragmentos más pequeños». Y cada uno de esos fragmentos se convierte en un pedazo de basura espacial por derecho propio. Así que se aumenta el número de piezas de basura espacial, lo que aumenta el riesgo de colisionar con un satélite en funcionamiento».
La cuestión de la basura espacial que invade la atmósfera de nuestro planeta ha ido adquiriendo cada vez más importancia en los últimos años, ya que las empresas privadas tienen previsto poner en órbita decenas de miles de satélites de Internet en los próximos años, y se espera que esos esfuerzos aumenten en cinco veces el número total de objetos lanzados al espacio desde el amanecer de la era espacial en 1957. El año pasado, el ruso Roscosmos patentó un satélite que se autodestruye al completar su vida útil o en caso de una avería inesperada.
Según el Ministerio de Defensa ruso, actualmente hay unos 16.000 objetos artificiales orbitando nuestro planeta, y se dice que más del 85 por ciento de estos objetos son basura espacial.