Madagascar ha sido devastada por las fuertes lluvias de la semana pasada. Más de 100.000 personas se han visto afectados. Desafortunadamente, la ayuda alimentaria y los primeros auxilios no pueden ser entregados debido a la falta de carreteras. Un hombre de 60 años murió de hambre el jueves por la noche en Ambato Boeny.
Un hombre de unos sesenta años murió el pasado fin de semana cuando llegó al refugio de Ambato Boeny. Jean-Valérien Rakotondrasaoa, médico del centro, dijo al Express de Madagascar: «Ya estaba cansado cuando llegó al refugio el jueves por la noche. No había comido durante varios días. Sospechamos que fue el hambre lo que causó su muerte». Docenas de familias de este distrito sufren de malnutrición, según las autoridades sanitarias del distrito. La RN 4 es intransitable, ya que la carretera se ha derrumbado, lo que hace muy difícil transportar los suministros de alimentos básicos.
La hambruna provoca problemas gástricos y respiratorios.
Las organizaciones no gubernamentales que tratan de ayudar a hacer la misma observación: «Algunas personas sólo comen una vez al día. Las autoridades locales y los agentes económicos locales son los que prestan ayuda a las víctimas del desastre. Desafortunadamente, sólo podemos ofrecer una medida de arroz por persona, cada dos días».
Este triste cuadro se vuelve dramático cuando añadimos las últimas noticias de los médicos que trabajan en los dispensarios: «La diarrea y los problemas respiratorios empiezan a pasar factura».
120.600 personas afectadas
Los jefes de familia están abandonando los pueblos en busca de ayuda. Los sacerdotes de las aldeas cercanas a las zonas afectadas han lanzado misiones para comprar comida. Una partera de Marovoay testifica: «Son los niños los que más sufren por esta escasez de alimentos».
El número de víctimas de catástrofes registradas ha vuelto a aumentar. Ahora hay 120.600 personas afectadas, 15.000 chozas inundadas y 1.500 destruidas.