El glaciar más grande de la ANTÁRTIDA se acerca a su desaparición, y los expertos temen que se esté acabando el tiempo para salvar el enorme parche de hielo.
El glaciar de la Isla Pino, en la capa de hielo de la Antártida occidental, tiene una superficie de 175.000 kilómetros cuadrados y pierde unos 45.000 millones de toneladas de hielo cada año. Se ha culpado al cambio climático por el adelgazamiento del glaciar de la Isla de los Pinos a medida que las aguas más cálidas se desgastan en el hielo. Los científicos temen ahora que el daño pueda ser irreversible, y como tal continuarán monitoreando la situación.
Los nuevos datos y análisis de los satélites han descubierto que el glaciar sigue derritiéndose, pero la velocidad a la que está desapareciendo no se está acelerando.
Investigaciones anteriores habían sugerido que el derretimiento del glaciar se aceleraba constantemente, pero análisis de la Universidad de Bristol han encontrado que su derretimiento es constante.

Sin embargo, los investigadores del estudio dijeron que esto no es una señal de victoria en la batalla contra el calentamiento global.
El físico Jonathan Bamber de la Universidad de Bristol dijo: «Esto podría parecer una ‘buena noticia’ pero es importante recordar que todavía esperamos que este glaciar siga perdiendo masa en el futuro y que esa tendencia aumente con el tiempo, pero no tan rápido como algunos modelos de simulación sugerían.
Es realmente importante entender por qué los modelos están produciendo un comportamiento diferente en el futuro y obtener un mejor manejo de cómo evolucionará el glaciar con el beneficio de estas nuevas observaciones».
Desde 1975, el mundo se ha estado calentando a un ritmo alarmante, y los científicos afirman que la temperatura global ha aumentado aproximadamente 0,15-0,20C por década.
Si bien esta cifra parece relativamente baja, el calentamiento global está teniendo un efecto indudable en los casquetes polares que siguen derritiéndose.
Desde 1979, el volumen de hielo en el Ártico, o Polo Norte, se ha reducido en un sorprendente 80 por ciento, lo que los científicos han advertido que causará importantes aumentos del nivel del mar.

i tan sólo la capa de hielo de la Antártida Occidental, donde se encuentra el Glaciar de la Isla de Pino, se derritiera completamente, el nivel del mar subiría tres metros.
Los modelos climáticos han demostrado que un aumento del nivel del mar de más de dos metros podría sumergir permanentemente grandes partes de la costa británica, con lugares como Hull, Peterborough, Portsmouth y partes del este de Londres y el estuario del Támesis, todos bajo amenaza.
El planeta ya ha experimentado un aumento de 1C en comparación con los niveles preindustriales, lo que contribuirá enormemente al derretimiento de los casquetes polares y al consiguiente aumento del nivel del mar.
En la actualidad, el nivel del mar está subiendo unos 8 mm al año debido al derretimiento del hielo, y aunque no parece mucho, las implicaciones para las generaciones futuras podrían ser enormes.
Entre 1993 y 2014, los niveles del mar aumentaron en 66mm – o aproximadamente 3mm por año.
Si continúa al ritmo actual, o se acelera, podría significar que las ciudades costeras como Nueva York podrían quedar sumergidas para finales de siglo.