Los científicos han sugerido que la liberación del virus puede resultar el «peor de los casos» tras el derretimiento de los glaciares, aunque no es menos preocupante que este último pueda destruir preciosos «archivos» que pueden ser útiles para futuras investigaciones.
A medida que los casquetes polares se reducen cada vez más con cada año que pasa, los científicos advierten que el aumento de las temperaturas puede hacer que los antiguos virus y bacterias que estaban en el suelo hace cientos y miles de años resurjan del permafrost, informó Newsweek, citando un nuevo estudio aún por publicar.
A principios de este año, los científicos que examinaban dos muestras de hielo del casquete glaciar de Guliya en el Tíbet, se toparon con varios de estos virus. Una de las muestras databa de hace 520 años, mientras que la otra parecía haber estado encerrada en el hielo hace unos asombrosos 15.000 años.
Cuatro de los tipos de virus ya se conocían, pero 28 no se habían visto nunca antes, dijeron los investigadores, argumentando que en su estudio elaboraron un método «ultra-limpio» de muestreo microbiano y viral que permite una extracción ilesa de los sedimentos o especies de un glaciar o cualquier otra formación.
La investigación, que se encuentra ahora en la etapa previa a la impresión y, por lo tanto, aún no ha sido revisada por un panel de expertos, sugiere que tal «liberación» de virus es el peor de los casos, mientras que la nieve derretida también podría destruir los cruciales «archivos» biológicos que podrían ayudarnos a aprender más sobre las condiciones climáticas anteriores de la Tierra.
Cuando se le preguntó si los virus antiguos podrían representar un peligro para la humanidad, Jean-Michel Claverie, profesor de genómica y bioinformática de la Universidad de Aix-Marsella en Francia, que no participó en el estudio de los glaciares tibetanos, dijo que «tal vez», informó Newsweek.
«Podrían ser virus antiguos que ya conocemos -como el virus de la viruela- que erróneamente pensamos que fueron erradicados», añadió en una entrevista con la edición.
«También podría haber virus que causaron extinciones animales o humanas en el pasado, y que la medicina moderna no conoce». Lo mismo ocurre con las bacterias patógenas, como las que causan el ántrax».
Las investigaciones de Claverie han demostrado que los virus pueden «sobrevivir» decenas de miles de años – «desde la era Neandertal»- sin ser perturbados, siempre que las condiciones sean adecuadas y «propicias» para su supervivencia.
En 2014, fue coautor de un documento que describía un «virus gigante» de 30.000 años de antigüedad -más de diez veces el lado de los virus estándar de 20 nanómetros- que había sido extraído del permafrost siberiano. Luego fue revivido en el laboratorio, demostrando ser infeccioso a pesar de las decenas de miles de años pasados en estado de inactividad.
Uno de los descubiertos en 2014 lleva el nombre de Pithovirus sibericum: «pithos» es un gran contenedor de almacenamiento utilizado por los antiguos griegos. El equipo ha descubierto desde entonces al menos otro virus antiguo, el Mollivirus sibericum, encontrado en la misma muestra de hielo de 30.000 años de antigüedad.
Según Claverie, la abrumadora longevidad del virus se puede basar en el hecho de que técnicamente no son seres vivos. Para germinar y reproducirse, deben penetrar en la célula de un organismo vivo y parásito allí. Fuera de la célula, tienden a ser sólo partículas inertes llamadas viriones, que en teoría pueden dar lugar al virus infeccioso.