Los océanos de la Tierra se están acelerando a medida que el calentamiento global ha causado fuertes vientos y un «aumento realmente enorme» en la energía de las corrientes, según un estudio.
Un equipo internacional de investigación encontró que las velocidades del viento han aumentado en un 4% en las últimas dos décadas, agitando el océano más rápidamente hasta profundidades de hasta 1,86 millas.
Las velocidades de las corrientes aumentaron en promedio después de la década de 1990, informan, con el 76 por ciento de las 1,86 millas superiores moviéndose ahora más rápido de lo que lo hacían antes de este umbral.
El equipo dijo que ha habido un aumento del 15 por ciento por década en las energías actuales en el período 1990-2013 – equivalente a un aumento del 5 por ciento en la velocidad.
Esto, dijeron los investigadores, es más de lo que puede explicarse por la llamada «variabilidad natural» del océano.
Los hallazgos contradicen estudios anteriores que sugerían que el cambio climático serviría en cambio para debilitar la circulación oceánica y en los trópicos en particular.
La Tierra es nuestro paciente, y se buscan síntomas de cómo está reaccionando al forzamiento antropogénico de los gases de efecto invernadero», dijo el autor del artículo y oceanógrafo físico Michael McPhaden al Washington Post.
Este es otro síntoma», añadió el investigador de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos.
En su estudio, el Dr. McPhaden y sus colegas usaron cinco llamados ‘reanálisis’ – un proceso en el que las observaciones del mundo real se combinan con modelos para ayudar a llenar los puntos de datos faltantes – para calcular la energía cinética total de los océanos.
Los investigadores descubrieron que, aunque antes había pequeñas variaciones, la energía cinética total de los océanos aumentó drásticamente a principios de la década de 1990.
Para verificar estos hallazgos, el equipo recurrió a las mediciones de las corrientes oceánicas realizadas por el Atlas Global Marino Argo entre 2005 y 2010.
Este es un proyecto internacional que utiliza miles de los llamados flotadores -plataformas científicas cargadas de sensores- que se ponen a la deriva para recoger datos sobre el océano.
Si bien los flotadores no miden directamente la velocidad del agua, pueden indicar dónde los vientos han acumulado el agua, creando las diferencias de presión que impulsan los flujos más grandes.
El equipo descubrió que los datos de los flotadores oceánicos apuntaban a una aceleración aún más clara de las corrientes mundiales que los modelos iniciales de reanálisis.
La evidencia en los datos de Argo es absolutamente asombrosa», dijo a la revista Science la investigadora del Centro Nacional de Oceanografía del Reino Unido, Eleanor Frajka-Williams, que no participó en el estudio.
Según los investigadores, es posible que un océano más turbulento pueda absorber más calor de la atmósfera, o cambiar cómo y dónde circula el calor.
Esto podría tener varios e impredecibles efectos en cadena sobre la vida oceánica.
Quizás la consecuencia más importante es el aumento de la redistribución del calor alrededor del planeta que traería consigo una mayor circulación», dijo al Washington Post el experto en océanos de la Universidad de Nueva Gales del Sur, Alex Sen Gupta.
«Esto afectaría a la distribución de la temperatura y podría afectar a los patrones climáticos, pero se necesitaría más trabajo para establecer estos vínculos.
Los investigadores observaron, sin embargo, que las observaciones de su estudio se limitaban en su mayoría a las 1,24 millas (2.000 metros) superiores de los océanos.
En vista de ello, añadieron, se necesitan urgentemente estudios exhaustivos de las pautas y velocidades de la circulación mundial en las profundidades oceánicas para mejorar las predicciones sobre la forma en que los mares seguirán cambiando en respuesta al futuro calentamiento.
Las conclusiones completas del estudio se publicaron en la revista Science Advances.