Anteriormente, los científicos rusos secuenciaron con éxito todo el genoma del nuevo coronavirus, a medida que los Estados de todo el mundo han intensificado sus esfuerzos para combatir la nueva enfermedad.
Rusia ha comenzado a probar vacunas contra la nueva enfermedad del coronavirus, anunció el viernes el organismo de control de los derechos de los consumidores rusos, Rospotrebnadzor.
«El centro de investigación de Rospotrebnadzor comenzó a probar la vacuna contra el nuevo coronavirus», dijo el organismo de control, destacando que los prototipos de la vacuna se basan en seis plataformas tecnológicas diferentes.
Rospotrebnadzor espera que la producción en masa de las vacunas sea lanzada en el cuarto trimestre de 2020.
Anteriormente, el Instituto de Investigación de la Gripe del Ministerio de Salud de Rusia dijo que el desarrollo de un prototipo de una vacuna contra COVID-19 puede llevar de cuatro a seis meses, y la creación de la propia vacuna puede llevar hasta tres años.
Un total de 199 casos de coronavirus fueron confirmados en Rusia hasta el 19 de marzo, incluyendo una fatalidad y nueve recuperaciones. Para luchar contra la propagación del COVID-19, el Gobierno ruso ha introducido una serie de medidas, entre ellas el cierre de las fronteras con los países vecinos, la instauración de procedimientos de detección estrictos en los aeropuertos y estaciones de tren, la restricción de las reuniones públicas y la petición a las empresas de que aumenten la producción de equipo médico relacionado con el virus.
Los funcionarios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) también advirtieron el mes pasado que los primeros ensayos de las vacunas COVID-19 deberían esperarse no antes de 3 ó 4 meses, y un despliegue público no antes de 12 ó 18 meses.
El esfuerzo mundial para desarrollar vacunas y terapias se está desarrollando en medio de las crecientes cifras de infección, con su epicentro ahora desplazado de China a Europa. Hasta la fecha, más de 240.000 personas se han infectado con el coronavirus en más de 160 países, con más de 9.800 muertes, según la Universidad John Hopkins.