Los investigadores de enfermedades infecciosas de Down Under se unen a la lucha contra el nuevo coronavirus COVID-19 con una nueva serie de ensayos clínicos controlados que explorarán el tratamiento del virus utilizando la vacuna del Bacilo Calmette-Guérin (BCG), comúnmente utilizada para prevenir la tuberculosis.
El Instituto de Investigación Infantil Murdoch (MCRI), con sede en Melbourne, anunció en un comunicado de prensa del viernes que los científicos afiliados se están preparando para investigar la eficacia de la vacuna BCG en la reducción de los síntomas asociados con el nuevo coronavirus.
El estudio, respaldado por Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud, no busca curar el COVID-19. En su lugar, los investigadores están tratando de encontrar una manera de disminuir el riesgo que el virus representa para los trabajadores de la salud.
«Los investigadores médicos australianos tienen la reputación de llevar a cabo ensayos rigurosos e innovadores», dijo la profesora Kathryn North, directora del MCRI, en una declaración dentro del comunicado. «Este ensayo permitirá comprobar adecuadamente la eficacia de la vacuna contra los síntomas de COVID-19 y puede ayudar a salvar las vidas de nuestros heroicos trabajadores sanitarios de primera línea».
El comunicado explica que el próximo estudio, dirigido por el científico-clínico Nigel Curtis, jefe del Grupo de Investigación de Enfermedades Infecciosas del MCRI, se basa en hallazgos anteriores que concluyeron que la vacuna BCG «reduce el nivel de virus cuando las personas se infectan con virus similares» al nuevo coronavirus.
«Nuestro objetivo es inscribir a 4.000 trabajadores de la salud de los hospitales de toda Australia, incluyendo el Hospital Real de Niños del Campus de Melbourne, para poder decir con precisión si puede disminuir la gravedad de los síntomas del COVID-19. Y necesitamos inscribirlos en las próximas semanas, así que el reloj definitivamente está corriendo», señaló Curtis.
La vacuna BCG se ha administrado comúnmente durante décadas para prevenir la tuberculosis. A los bebés sanos de los países con alta incidencia de tuberculosis o lepra se les suele administrar una dosis de la vacuna -que contiene una cepa debilitada de la familia de la tuberculosis- para enseñar a sus cuerpos cómo responder a los gérmenes y, posteriormente, reforzar sus sistemas inmunológicos.
Este anuncio de ensayo sigue a la notificación del 18 de marzo de la OMS en la que se revela el comienzo de su primer ensayo de vacuna e incluye una petición mundial para que los países pongan en marcha sus propios programas de prevención para frenar la transmisión de COVID-19.
Según Science.com, se están probando al menos 12 tratamientos novedosos contra el coronavirus, incluidos los medicamentos que se utilizan comúnmente para tratar el VIH y el paludismo.
En el momento de la publicación de este artículo, Australia es responsable de 3.143 del total de 566.269 casos confirmados del nuevo coronavirus y de 13 de las 25.423 muertes por esta enfermedad contagiosa.