(Imagen superior Archivo )
Las nubes de langostas del desierto han estado inundando partes de África oriental desde el verano pasado, amenazando una frágil situación de seguridad alimentaria en la región, ya que una nube puede consumir la misma cantidad de cultivos por día que 10.000 personas.
Se prevé que para junio dos nuevas generaciones de langostas infesten el África oriental, y que la población actual de insectos se multiplique por cuatrocientas, informó Quartz Africa, citando a los científicos que observan de cerca la situación.
La plaga de langostas, que se originó en la Península Arábiga en 2018, ha estado devastando la región desde el pasado mes de junio, consumiendo cultivos en Kenya, Uganda, Somalia, Etiopía, el Sudán y otros países del África oriental. Provocada por las fuertes lluvias y la floreciente vegetación, la situación ha sido especialmente devastadora en Kenya, donde se estima que las langostas han destruido por lo menos el 30% de los pastizales desde los primeros meses de 2020. También han estado poniendo muchos huevos, que han empezado a abrirse desde febrero, y la nueva generación de plagas ha empezado a crecer en tamaño para empezar a atacar las tierras de Kenya.
«Eso es lo que ha estado sucediendo en Kenia este último mes. Cada vez más de esos saltamontes se han convertido en adultos. Por lo tanto, son Made in Kenya», explica Keith Cressman, experto en previsión de langostas de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
En una semana más o menos, la nueva generación de langostas comenzará a poner sus propios huevos y es cuando se espera que la situación empeore aún más. Los expertos creen que casi el cien por cien de las cosechas de cebada, judías y maíz podrían ser consumidas por las plagas en los próximos meses, dejando a las comunidades locales con hambre. Los expertos en alimentos sostienen que los enjambres todavía pueden ser controlados con la ayuda de pesticidas, hasta que sean empujados más al norte por una estación seca este verano.
Se estima que una nube de langostas está formada por unos 150 millones de langostas individuales por kilómetro cuadrado, y éstas consumen diariamente los alimentos disponibles para hasta 35.000 personas, lo que puede agravar aún más la ya frágil situación de la seguridad alimentaria en la región. La actual pandemia de Covid-19 también ha exacerbado la crisis, ya que los envíos de bioplaguicidas necesarios para contener la plaga de langostas se han visto ahora gravemente restringidos debido a las restricciones de viaje. Muchos países del África oriental, entre ellos Kenya, también se están quedando sin plaguicidas, lo que plantea un importante problema para cualquier actividad de lucha contra la langosta en la región.