Un equipo de científicos franceses afirma que el nuevo coronavirus COVID-19 tiene que ser expuesto a temperaturas casi en el punto de ebullición del agua para matar el virus y asegurar que no queden viriones en funcionamiento.
Las teorías anteriores sobre el hecho de que el clima más cálido haya hecho que el nuevo coronavirus se desprestigie aún más tras la publicación el sábado del artículo de investigación francés «Evaluation of heating and chemical protocols for inactivating SARS-CoV-2» sobre el bioRxiv.
En el documento, el profesor Remi Charrel y sus colegas de la Universidad de Aix-Marsella del sur de Francia detallaron que el nuevo coronavirus puede ser calentado a 60 grados centígrados durante una hora entera y aún así algunas cepas sobrevivientes se replican después.
Esta regla de 60 grados y 60 minutos se ha utilizado históricamente en laboratorios para suprimir virus mortales, como el Ébola, según el South China Morning Post.
Sin embargo, cuando el virus fue expuesto a una temperatura de 92 grados Celsius durante sólo 15 minutos, se volvió completamente inactivo. Mientras que el calentamiento a 60 grados podría resultar en la desactivación de una muestra con una carga viral baja, la prueba de 92 grados resultó ser más efectiva.
La salida puso de relieve que existe una demanda comprensiblemente alta para realizar pruebas con el nuevo coronavirus, y debido a que algunas pruebas se realizan en laboratorios con protecciones más bajas, las muestras de COVID-19 tienen que ser destruidas.
«Los resultados presentados en este estudio deberían ayudar a elegir el protocolo de inactivación más adecuado para evitar la exposición del personal de laboratorio encargado de la detección directa e indirecta de Sars-CoV-2 con fines de diagnóstico», detallaron los autores.
Apenas la semana pasada, las Academias Nacionales de Ciencias publicaron un informe dirigido a la Casa Blanca que explicaba que las temperaturas más cálidas del verano tendrían poco impacto en la propagación del nuevo coronavirus en los EE.UU. – el país líder mundial en casos de COVID-19 y muertes.
«Hay algunas evidencias que sugieren que el SARS-CoV-2 puede transmitirse de manera menos eficiente en ambientes con mayor temperatura y humedad ambiental», decía el informe.
«Sin embargo, dada la falta de inmunidad del huésped a nivel mundial, esta reducción en la eficiencia de la transmisión puede no conducir a una reducción significativa en la propagación de la enfermedad».
Los investigadores también destacaron que esta «evidencia de estacionalidad» tampoco se encuentra en otras enfermedades respiratorias similares, como el síndrome respiratorio agudo severo (SARS) y el síndrome respiratorio del Oriente Medio (MERS).