Varias provincias de la parte oriental de la República Democrática del Congo quedaron sumergidas después de fuertes lluvias. Las inundaciones mataron a más de 50 personas y causaron la evacuación de miles de desplazados, así como grandes daños a la salud.
Las poblaciones de Kivu del Sur e Ituri experimentaron escenas de pesadilla en la noche del viernes al sábado 2 de mayo de 2020. Fuertes lluvias cayeron sobre estas provincias situadas en el este de la República Democrática del Congo, causando el desbordamiento de dos grandes masas de agua: el Lago Albert en la frontera entre la República Democrática del Congo y Uganda, y el Lago Tanganica en la intersección de la RDC, Burundi, Ruanda, Tanzania y Zambia.
Las aguas de estos lagos han hecho estragos en las tierras circundantes, causando graves daños humanos y materiales. En Kivu del Sur, el director de la Cáritas Diocesana de Uvira, un organismo de apoyo al desarrollo de la Iglesia Católica, hizo una evaluación provisional. Las inundaciones han causado más de 52 muertes y han llevado a la evacuación de más de 100.000 personas desplazadas. La ciudad quedó aislada del resto del país al ser arrastrados los dos puentes que unen el centro urbano. «Hay una falta de agua potable, el saneamiento se ha visto comprometido y existe un peligro real de enfermedades, como el cólera, que se transmiten a través del agua contaminada. Se necesitan alimentos, medicinas, botiquines de primeros auxilios, utensilios domésticos y mosquiteros», dijo el padre Dominic Mulumeoderhwa.
En la provincia de Ituri, la población local ha contado unas 100 casas arrastradas por las aguas del lago Alberto.
En 2019, unas 265 personas habían perecido en las inundaciones de África oriental.
La República Democrática del Congo, que limita con el África oriental, también es víctima de las inundaciones que se han convertido en habituales en la región de los Grandes Lagos. Las últimas grandes inundaciones se registraron en este país del África central en octubre de 2019. Habían dejado en situación de peligro a más de 36.000 personas, incluidos 24.000 niños, en la región septentrional de Ubangui meridional. En la vecina África oriental, por lo menos 265 personas murieron en un plazo de dos meses como consecuencia de las inundaciones, los aludes de lodo y los deslizamientos de tierra.
Estos desastres tienden a confirmar las predicciones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), y las repercusiones de un calentamiento mundial de más de 1,5°C en el África subsahariana. Según la principal autoridad científica mundial en materia de evaluación de datos científicos sobre el cambio climático, se prevé que el aumento de las temperaturas en la región será mayor que el aumento medio mundial, y provocará, entre otras cosas, violentas inundaciones.