El presidente brasileño Jair Bolsonaro ha autorizado el despliegue de fuerzas armadas en la región amazónica para combatir los incendios y la deforestación, tres meses antes de 2019, tras un salto en la destrucción de la mayor selva tropical del mundo.
El año pasado, Bolsonaro esperó hasta agosto para enviar tropas a la región, tras una protesta internacional por la ola de incendios en la selva, que atrapa grandes cantidades de gases de efecto invernadero que causan el cambio climático.
La orden, aprobada el jueves, es efectiva desde el 11 de mayo al 10 de junio, pero puede ser extendida a 60 días en total, como lo hizo Bolsonaro el año pasado.
El vicepresidente Hamilton Mourao dijo la semana pasada que el gobierno planeaba enviar a los militares como parte de un plan para establecer bases en el Amazonas para luchar contra la deforestación.
La deforestación en la Amazonia brasileña en los primeros tres meses de 2020 aumentó un 51 por ciento con respecto al año anterior. El primer trimestre coincide con la temporada de lluvias, cuando la destrucción suele disminuir al ser disuadidos los madereros por el clima.
Los defensores del medio ambiente dicen que la presencia de los militares debería disuadir la destrucción ilegal de la selva a corto plazo, pero sostienen que las fuerzas armadas no pueden reemplazar la supervisión permanente de los organismos ambientales.