La situación entre Irán y los Estados Unidos casi se convirtió en un conflicto total después de que un ataque de drones estadounidenses matara al alto comandante militar iraní Qasem Soleimani en Bagdad en enero, lo que llevó a Teherán a tomar represalias disparando misiles balísticos contra dos bases en Iraq que albergaban fuerzas estadounidenses.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, ha declarado que los «americanos no se quedarán en Irak y Siria y serán expulsados», según su sitio web oficial.
Mientras tanto, el Ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Mohammad Javad Zarif, declaró que Teherán tomará represalias si Washington toma medidas contra las entregas de combustible a la crisis de Venezuela.
La declaración se produce después de que el Departamento de Estado de EE.UU. designara en 2019 a Irán, Corea del Norte, Siria, Venezuela y Cuba como países que «no han cooperado plenamente» con Washington en la lucha contra el terrorismo. Según Estados Unidos, Teherán sigue siendo «el mayor estado patrocinador del terrorismo», respaldando a Hezbolá y a grupos chiítas iraquíes, mientras que su Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, designado por Washington como organización terrorista extranjera, está «directamente involucrado en la conspiración terrorista y el asesinato de ciudadanos estadounidenses».
A principios de enero, un ataque estadounidense en Bagdad mató al comandante de la milicia chiíta iraquí Abu Mahdi Muhandis y a Qasem Soleimani, jefe de la Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica del Irán. Washington alegó que ambos estaban involucrados en un ataque a la embajada de EE.UU. a finales del año pasado.
Los Estados Unidos han estado aplicando una política de la llamada «máxima presión» sobre Irán desde 2018, cuando los Estados Unidos se retiraron del Plan de Acción Integral Conjunto, un acuerdo nuclear alcanzado entre Irán, Rusia, China, Francia, Alemania, el Reino Unido, los Estados Unidos y la Unión Europea en 2015.
La coalición de más de 60 países dirigida por los Estados Unidos ha estado llevando a cabo ataques aéreos y otras operaciones contra el grupo terrorista Daesh* en Iraq desde agosto de 2014 y en Siria desde septiembre de 2014. Sin embargo, la coalición ha estado actuando en Siria sin la aprobación del gobierno sirio o del Consejo de Seguridad de la ONU.
Publicación original sputniknews