(Imagen superior de portada : FOTOS DE ARCHIVO. © Reuters / NASA / ESA / Hubble Heritage ; Reuters / Ralph Orlowski )
Los astrónomos han detectado un «ciclo de actividad» detrás de los masivos pulsos de radio que emanan de una galaxia a miles de millones de años luz, arrojando luz sobre uno de los grandes misterios cósmicos, que algunos sugieren que podría ser una señal de vida extraterrestre.
Conocidos como estallidos de radio rápidos (FRBs), los destellos de emisiones se notaron por primera vez en 2007 y parecen originarse en galaxias a años luz de la Tierra, pero exactamente lo que los causa todavía tiene a los científicos rascándose la cabeza. Las ráfagas son inmensamente poderosas, emitiendo tanta energía en el espacio de unos pocos milisegundos como lo hace el sol de la Tierra en todo un siglo.
Mientras que se han observado más de 100 FRBs desde su descubrimiento, la mayoría de ellos han sido un fenómeno aislado, emitiendo una sola ráfaga. Pero más recientemente, los científicos han encontrado que un pequeño número de FRBs se repiten, notando patrones regulares o «ciclos de actividad» detrás de los enigmáticos destellos.
Una ráfaga repetida – FRB 121102, emitida desde una pequeña galaxia enana a unos tres mil millones de años luz de la Tierra – fue observada durante unos cinco años por los investigadores del Observatorio de Jodrell Bank en Inglaterra, revelando un patrón de 157 días. La ráfaga parece estallar durante 90 días, sólo para morir durante otros 67 antes de repetirse de nuevo, según los hallazgos, que fueron publicados recientemente en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
Aunque los investigadores aún no pueden decir qué hay detrás de la actividad cíclica, se han presentado varias explicaciones. Algunas sugieren que los pulsos son causados por el ‘bamboleo’ de un magnetar en rotación – o una estrella de neutrones altamente magnetizada – mientras que otras postulan que están ligados a los movimientos orbitales de un sistema estelar binario.
A falta de una explicación natural definitiva para los misteriosos estallidos, en 2017 los investigadores del Centro de Astrofísica de Harvard-Smithsonian decidieron explorar las causas antinaturales, llevando a cabo un estudio que teorizaba que un masivo transmisor de radio alienígena alimentado por el sol podría estar enviando los estallidos para alimentar las «velas de luz interestelar». Encontraron que tal hazaña sería técnicamente posible, pero requeriría un panel solar con un área dos veces el tamaño de la Tierra, poniéndolo mucho más allá de las capacidades actuales de la humanidad. Aunque los científicos reconocieron que el trabajo era altamente especulativo, no obstante dijeron que «valía la pena contemplar» un «origen artificial» para las ráfagas de radio, que continúan desconcertando a los astrónomos.