(Imagen de portada ; Secretario Michael R. Pompeo en disponibilidad de prensa, 29 de abril de 2020 vía web )
El Secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, denunció el martes la nueva ley de seguridad nacional de China para Hong Kong y se comprometió a defender las libertades de la ciudad.
«La draconiana ley de seguridad nacional del PCCh [Partido Comunista de China] pone fin a la libertad de Hong Kong y expone el mayor temor del Partido: el libre albedrío y el libre pensamiento de su propio pueblo», escribió Pompeo.
«Los Estados Unidos no se quedarán de brazos cruzados mientras China se traga a Hong Kong en sus fauces autoritarias. La semana pasada, impusimos restricciones de visado a los funcionarios del PCCh responsables de socavar la autonomía de Hong Kong. Estamos terminando con las exportaciones de defensa y tecnología de doble uso al territorio. Por instrucción del Presidente Trump, eliminaremos las exenciones políticas que dan a Hong Kong un trato diferente y especial, con pocas excepciones», dice la declaración de Pompeo.
«Los Estados Unidos seguirán apoyando al pueblo de Hong Kong, amante de la libertad, y responderán a los ataques de Beijing a las libertades de expresión, prensa y reunión, así como al estado de derecho, que hasta ahora han permitido el florecimiento del territorio», continúa la declaración.
El comentario de la Secretaria de Estado se produce después de que el Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU. (NSC) emitiera una declaración el martes denunciando la aprobación de la ley de seguridad nacional por parte de Beijing.
«Instamos a Pekín a que cambie inmediatamente de rumbo», se cita al portavoz de la NSC John Ullyot.
El Congreso Nacional del Pueblo de China (NPC) votó unánimemente en apoyo de la nueva ley de seguridad nacional para Hong Kong el martes, informó el canal estatal China Central Television (CCTV).
La nueva ley prohíbe las actividades secesionistas, subversivas y terroristas, así como cualquier forma de interferencia extranjera en Hong Kong, que previamente había recibido un alojamiento especial de los EE.UU.. El apoyo financiero a los grupos de oposición, entre otros, ha alimentado violentas protestas antigubernamentales en los últimos años. A principios de esta semana, ese estatus especial fue revocado por Washington, argumentando que «Una China, Dos Sistemas» había dejado de existir.
Por el contrario, Beijing ha denunciado enérgicamente la interferencia de EE.UU. en Hong Kong, argumentando que como la ciudad es parte de China, la cuestión es puramente un asunto interno. Hong Kong fue devuelta a China por el Imperio Británico en 1997, que se la había arrebatado a China como premio de guerra en 1842.