En octubre, el Comité Noruego del Premio Nobel anunció que el Premio Nobel de la Paz 2020 había sido otorgado al Programa Mundial de Alimentos. El comité elogió específicamente el empuje de la rama de la ONU «para actuar como una fuerza impulsora en los esfuerzos para prevenir el uso del hambre como arma de guerra y conflicto».
La reciente decisión del Comité Noruego del Nobel de otorgar el Premio Nobel de la Paz de este año al Programa Mundial de Alimentos puede ser vista como una especie de advertencia a los líderes mundiales de que el año 2021 puede ser incluso peor que el 2020 en lo que se refiere a la situación humanitaria, dijo David Beasley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), a la agencia de noticias AP.
Beasley calificó la decisión como «un mensaje al mundo de que la situación está empeorando ahí fuera [y] que nuestro trabajo más duro está por venir».
«Fue muy oportuna porque hemos estado luchando por estar por encima del coro», dijo, refiriéndose al premio, que calificó de «regalo de arriba».
El jefe del PMA también recordó su discurso ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en abril, cuando la primera ola de la pandemia de COVID-19 estaba en aumento. En ese momento, advirtió que el mundo estaba «al borde de una pandemia de hambre» que podría dar lugar a «múltiples hambrunas de proporciones bíblicas» dentro de unos pocos meses si no se tomaban medidas inmediatas.
«Pudimos evitarlo en 2020 […] porque los líderes mundiales respondieron con dinero, paquetes de estímulo, aplazamiento de la deuda», subrayó Beasley.
Sostuvo que con la segunda ola de COVID-19 actualmente en curso, las economías, especialmente las de los países de ingresos bajos y medios, siguen deteriorándose en medio de la previsión del PMA de que la pandemia de coronavirus podría llevar a unos 270 millones de personas «al borde de la inanición a finales de 2020». En vista de todo esto, el PMA está muy preocupado porque «2021 va a ser un año muy malo», advirtió Beasley.
Según él, es poco probable que el dinero que estaba disponible en 2020 se obtenga el año próximo, por lo que se está reuniendo con los líderes mundiales para llamar su atención sobre «esta tragedia a la que nos enfrentamos, crisis que realmente van a ser extraordinarias en los próximos, quién sabe, 12 a 18 meses».
Comparó la crisis potencial con el Titanic, subrayando que «en este momento, realmente necesitamos centrarnos en los icebergs, y los icebergs son la hambruna, la inanición, la desestabilización y la migración».
El director ejecutivo del PMA dijo que su agencia necesita al menos 15.000 millones de dólares el próximo año para luchar contra el hambre y ejecutar programas mundiales, incluidos los relacionados con los niños desnutridos. «Si pudiera conseguir eso junto con nuestro dinero normal, entonces evitaríamos la hambruna en todo el mundo» y minimizaríamos la migración, señaló Beasley.
Su entrevista con AP se produce después de que el Comité Noruego del Premio Nobel anunciara en octubre que el Premio Nobel de la Paz 2020 había sido otorgado al PMA, la rama de asistencia alimentaria de las Naciones Unidas.
El comité elogió a la agencia «por sus esfuerzos en la lucha contra el hambre, por su contribución a la mejora de las condiciones para la paz en las zonas afectadas por conflictos y por actuar como una fuerza impulsora en los esfuerzos para prevenir el uso del hambre como arma de guerra y conflicto».
Por su parte, Berit Reiss-Andersen, presidenta del Comité del Premio Nobel, dijo que con el premio de este año, el comité «desea volver los ojos del mundo hacia los millones de personas que sufren o se enfrentan a la amenaza del hambre». La presidenta del Comité destacó que el PMA es un organismo que «desempeña un papel fundamental en la cooperación multilateral para hacer de la seguridad alimentaria un instrumento de paz».
El Programa Mundial de Alimentos fue establecido en 1961 por la ONU como un mecanismo experimental para proporcionar alimentación a las regiones en crisis, pero con el paso de los años se ha convertido en una de las mayores organizaciones humanitarias que se ocupan de las cuestiones de la seguridad alimentaria y el hambre.