(Imagen de portada NASA)
Los astrónomos han descubierto una serie de nuevas y enormes manchas solares en el lado del sol que da a la Tierra, en anticipación a un período de lo que se espera que sea una mayor actividad solar.
Las manchas solares son áreas oscuras en la superficie del sol, causadas por una intensa actividad magnética. Esta actividad casi siempre conduce a erupciones solares y eyecciones de masa coronal – cuando la radiación y los gases nucleares dentro de una estrella son disparados hacia el cosmos.
Se ha observado que la actividad solar sube y baja naturalmente cada 11 años, aunque no como un reloj, y los astrónomos creen que estamos a punto de entrar en un período de gran actividad.
Una nueva familia de manchas solares, descubierta en la superficie de nuestra estrella a principios de este año, desató la mayor erupción solar que los científicos han visto desde 2017.
Si una erupción es lo suficientemente fuerte, podría dañar los satélites e impactar las señales de radio en la Tierra.
La NASA monitorea las señales de tal bengala que es probable, aunque todavía no se ha emitido ninguna advertencia de clima espacial con respecto a las nuevas manchas.
Hay varias clases de erupciones solares, siendo la clase X la más intensa.
Dos erupciones con tres horas de diferencia en 2017 causaron apagones de radio, la primera clasificada como X2.2 – el número que indica su fuerza – mientras que la segunda fue una X9.3, la más fuerte desde 2006.
Los investigadores creen que la radiación magnética de las gigantescas tormentas solares causó la detonación súbita y casi instantánea de docenas de minas marinas en Vietnam en la década de 1970.
En ese momento, el equipo de investigación dirigido por la Dra. Delores Knipp escribió que la tormenta solar «merece una revisión científica como un gran desafío para la comunidad de la meteorología espacial, ya que proporciona observaciones terrestres de la era espacial de lo que probablemente fue una tormenta de clase Carrington».
Se cree que el evento de Carrington es la mayor tormenta solar jamás registrada que golpeó la Tierra en 1859.
Dejó una aurora visible a través del cielo, incluso en latitudes mucho más cercanas al ecuador, y fue descrita en los informes contemporáneos como incluso más brillante que la luz de una luna llena.
Causó el fallo de los sistemas telegráficos en toda Europa y América del Norte, y una tormenta similar hoy en día podría causar trillones de dólares en daños a nivel mundial.