(Imagen de portada referencial)
Un satélite de teledetección indio voló «peligrosamente cerca» de uno ruso el viernes, según la agencia espacial rusa Roscosmos. Las autoridades indias, sin embargo, negaron que hubiera ningún riesgo de colisión.
«El satélite indio CARTOSAT 2F, que pesa más de 700 kg, se acercó peligrosamente a la nave espacial rusa Kanopus-V», dijo Roscosmos en un comunicado el viernes, citando los datos proporcionados por su sistema de alerta automática, diseñado para rastrear situaciones potencialmente peligrosas en la órbita cercana a la Tierra. La agencia espacial rusa dijo que la distancia entre los dos satélites era de sólo 224 metros, bastante cercana según los estándares espaciales.
Un satélite de teledetección indio voló «peligrosamente cerca» de uno ruso el viernes, según la agencia espacial rusa Roscosmos. Las autoridades indias, sin embargo, negaron que hubiera ningún riesgo de colisión.
«El satélite indio CARTOSAT 2F, que pesa más de 700 kg, se acercó peligrosamente a la nave espacial rusa Kanopus-V», dijo Roscosmos en un comunicado el viernes, citando los datos proporcionados por su sistema de alerta automática, diseñado para rastrear situaciones potencialmente peligrosas en la órbita cercana a la Tierra. La agencia espacial rusa dijo que la distancia entre los dos satélites era de sólo 224 metros, bastante cercana según los estándares espaciales.
Los satélites no son los únicos objetos que permanecen en órbita. Decenas de basura espacial, desde etapas de cohetes agotadas hasta satélites desaparecidos y varias partículas, también ocupan algo de espacio allí. En octubre, Roscosmos advirtió sobre un satélite soviético desaparecido que podría chocar con una etapa de cohetes chinos agotados. Aunque ambos objetos estaban fuera de servicio, su colisión podría haber creado aún más desechos espaciales.
Más de 22.000 piezas de basura espacial de más de 10 cm están orbitando la Tierra, según la NASA, mientras que el número de objetos más pequeños que miden alrededor de 1 cm podría superar las decenas de millones.
Una mayor acumulación de basura espacial en órbita podría hacer casi imposible cualquier actividad espacial, advierten los científicos. Dicen que podría conducir al síndrome de Kessler, que vería la órbita de la Tierra, o por lo menos algunas partes de ella, desordenándose tanto que el uso de cualquier satélite allí – o incluso los lanzamientos espaciales – podría llegar a ser imposible, debido a las colisiones casi constantes entre los objetos espaciales.
«No está claro, si ya hemos cruzado esa línea, y si es así, entonces dónde exactamente», dijo Boris Shustov, el director del Instituto de Astronomía de la Academia Rusa de Ciencias, a Interfax. «Hay que mirarlo muy de cerca, ya que es un momento crítico para nuestras actividades espaciales».