N. fowleri es un organismo unicelular que vive en agua dulce caliente y causa una grave -y casi siempre mortal- infección cerebral.
Aunque las famosas amebas «devoradoras de cerebro», Naegleria fowleri, han sido históricamente parasitarias en el sur de los Estados Unidos, los investigadores afirman ahora que últimamente han empezado a aparecer más al norte, según se desprende de un estudio realizado por especialistas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). El artículo fue publicado en la revista Emerging Infectious Diseases el miércoles 16 de diciembre.
En él se encontró que el número de casos que se producen anualmente sigue siendo casi el mismo, pero el alcance geográfico ha cambiado drásticamente, con más casos de este tipo registrados en los estados del medio oeste que nunca antes.
Dado que las condiciones más favorables para N. fowleri son las aguas cálidas, que pueden llegar a los 113 grados Fahrenheit (45 grados centígrados), el cambio climático, es decir, el aumento de las temperaturas mundiales, puede explicar el cambio en el hábitat de los organismos, sugirió el equipo de investigación.
«Es posible que el aumento de las temperaturas y el consiguiente incremento del uso recreativo del agua, como la natación y los deportes acuáticos, puedan contribuir al cambio de la epidemiología de la MAP», escribieron los autores, sacando a relucir una infección cerebral típicamente mortal conocida como meningoencefalitis amebiana primaria, o MAP, causada por amebas unicelulares que pueden subir por la nariz de una persona al inhalar.
Lo más importante es que los investigadores examinaron los casos de N. fowleri en los Estados Unidos relacionados con la exposición a aguas recreativas, como la natación en lagos, estanques y ríos, desde 1978 hasta 2018, y llegaron a un total de 85 casos de N. fowleri que cumplían sus criterios, casos que tenían que ver con el baño y la natación, con datos de localización también proporcionados.
La gran mayoría de los casos, 74, ocurrieron en los estados del sur, mientras que seis fueron reportados en el medio oeste, incluyendo Minnesota, Kansas e Indiana.
De esos seis, cinco tuvieron lugar después de 2010, detalló el informe, indicando también que la latitud máxima se había desplazado unos 13,3 kilómetros (8,2 millas) hacia el norte por año durante el período de estudio, mientras que las temperaturas medias diarias en los lugares mencionados en las dos semanas anteriores a cada caso superaron su media histórica.