(Imagen de portada ilustración /NASA )
Una tormenta SOLAR está en camino a nuestro planeta, y creen que existe la posibilidad de que la tormenta, que viaja a 600 kilómetros por segundo, pueda tener suficiente poder para interferir potencialmente con la tecnología dependiente de satélites.
Los astrónomos pronostican que una «corriente de partículas de alta velocidad» están en camino a la Tierra. Las partículas fueron liberadas por un agujero en el hemisferio sur del Sol y viajan a una asombrosa velocidad de 600 kilómetros por segundo, o 2,1 millones de kilómetros por hora. Las partículas están actualmente atravesando el sistema solar y golpearán la Tierra el 20 de marzo.
Cuando lo hacen, los investigadores creen que podría causar problemas para la tecnología satelital.
Ha sido categorizada como una tormenta de clase G1 que puede conducir a «fluctuaciones débiles de la red eléctrica» y puede tener un «impacto menor en las operaciones satelitales».
El sitio de astronomía Space Weather dijo: «Los pronosticadores de la NOAA dicen que una tormenta geomagnética menor de la clase G1 es probable el 20 de marzo cuando una corriente de viento solar de alta velocidad golpea el campo magnético de la Tierra.
«El material gaseoso está fluyendo más rápido que 600 km/s desde un agujero del sur en la atmósfera del sol.»
Algunos expertos han advertido que una gran tormenta solar es una cuestión de «cuándo, no si».
De vez en cuando, el Sol libera una llamarada solar que a su vez lanza energía al espacio.
Algunas de estas llamaradas solares pueden golpear la Tierra, y en su mayor parte, son inofensivas para nuestro planeta.
Sin embargo, el Sol también puede liberar llamaradas solares tan poderosas que pueden paralizar la tecnología de la Tierra.
Si bien es imposible predecir cuándo y dónde podría golpear una tormenta solar , es inevitable que golpee el planeta en el futuro .
Además de eso, una intensa tormenta solar puede derribar sistemas satelitales, ya que el bombardeo de partículas solares puede expandir la magnetosfera de la Tierra, lo que dificulta la penetración de señales satelitales.
Como tal, los expertos han lamentado la falta de preparación para un evento meteorológico espacial extremo, advirtiendo que podría costar billones y causar pánico generalizado.