(imagen de portada REUTERS /MIKE HUTCHINGS )
En medio de la creciente preocupación expresada por algunos científicos de que el cambio climático está cargado de implicaciones peligrosas para el ecosistema natural de la Tierra y la economía mundial, puede haber otros vínculos con la alteración de las condiciones meteorológicas que no son menos amenazantes, afirma un nuevo estudio.
Cuando las condiciones meteorológicas extremas se manifiestan en forma de sequías o lluvias excesivas, puede ser una señal de guerras inminentes, afirma una nueva investigación.
Un equipo de científicos dirigido por el profesor externo del Instituto de Santa Fe Rajiv Sethi (Barnard College, Universidad de Columbia) y Tackseung Jun, de la Universidad Kyung Hee de Corea del Sur, descubrió la relación al estudiar el documento más antiguo que se conserva de la historia de Corea: el Samguk Sagi, o Historia de los Tres Reinos.
Narra los registros históricos de Goguryeo, Baekje y Silla, los tres estados que gobernaron la península de Corea desde el 18 a.C. hasta el 660 d.C., y está escrito en chino clásico, la lengua escrita de los eruditos de la antigua Corea.
La compilación fue ordenada por el rey Injong de Goryeo (1122-1146) y llevada a cabo por el funcionario del gobierno e historiador Kim Busik, junto con un equipo de eruditos menores.
Terminado en 1145, es la crónica más antigua que se conserva de la historia de Corea.
Al analizar los relatos de conflictos y fenómenos meteorológicos extremos recogidos en el documento y que abarcan varios siglos, los científicos encontraron cada vez más datos que corroboraban sus conclusiones, lo que sugería una fuerte correlación entre los fenómenos meteorológicos y los conflictos humanos.
La investigación, titulada «Extreme weather events and military conflict over seven centuries in ancient Korea», publicada como estudio en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), afirma que los estados tenían más del doble de probabilidades de verse arrastrados a un conflicto armado con un vecino mientras luchaban simultáneamente contra cataclismos meteorológicos como la sequía o las fuertes lluvias.
Además, el análisis reveló que es mucho más probable que las crisis climáticas extremas den lugar a que un Estado sea invadido por un «enemigo» que a que se embarque en una ofensiva
La inseguridad alimentaria también fue identificada por el estudio como una fuente crítica de vulnerabilidad a la invasión.
El trabajo arroja nueva luz sobre los posibles vínculos entre el cambio climático y la guerra, y los investigadores creen que, en última instancia, podría ser útil para identificar las zonas del mundo especialmente vulnerables a los conflictos relacionados con el clima.