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(Imagen de portada vía NASA)

Los satélites de la NASA han observado la formación de una gran mancha solar en la superficie del Sol. La mancha solar es dos veces más ancha que la Tierra y está orientada hacia el exterior, por ahora. Sin embargo, a medida que la Tierra se mueve alrededor de la estrella anfitriona, la mancha solar podría disparar una llamarada solar hacia nosotros.

El sitio de astronomía Space Weather dijo: «Una nueva mancha solar está surgiendo sobre el limbo noreste del sol, y es grande.

El núcleo primario de la mancha solar es dos veces más ancho que la Tierra, y está acompañada por dos manchas compañeras del tamaño de la Luna, dimensiones que la convierten en un objetivo fácil para los telescopios solares de los aficionados».

«Las futuras erupciones podrían dirigirse a la Tierra cuando la mancha solar gire hacia nosotros en los próximos días».

Las manchas solares son manchas oscuras en el Sol que suelen ser más frías que el resto de la estrella.

Cuando los expertos dicen que son «más frías», la temperatura media de una mancha solar sigue superando los 3.500 grados centígrados, aunque esto supone un descenso respecto a la media de la superficie del Sol, que es de 5.500C.

Suelen ser más frías porque las manchas solares son zonas de fuertes campos magnéticos.

El magnetismo es tan fuerte que impide que parte del calor se escape.

(Imagen: ESA)

Sin embargo, a medida que el campo magnético aumenta, se incrementa la presión en la mancha solar que puede estallar como una erupción solar.

En su mayor parte, las tormentas solares son relativamente inofensivas para la Tierra.

El bombardeo de partículas magnéticas suele provocar auroras al rebotar en el escudo magnético de nuestro planeta.

Sin embargo, en ocasiones una tormenta solar puede ser tan potente que puede impactar en los satélites de la Tierra.

Un fuerte aluvión de partículas puede hacer que el campo magnético -conocido como magnetosfera- se expanda, dificultando la penetración de las señales de los satélites.

También pueden sobrecargar las redes nacionales, ya que el exceso de energía se lleva al escudo magnético de la Tierra, que luego es absorbido por las rocas conductoras del planeta, provocando un exceso de electricidad.

La última de importancia se produjo en 1989, cuando una enorme tormenta solar provocó cortes de electricidad en Quebec (Canadá).

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