Por primera vez, Rusia ha desplegado dos aviones interceptores MiG-31K en Siria. El caza es capaz de transportar el tan publicitado misil balístico hipersónico Kinzhal, que tiene un alcance de unos 2.000 km.
El Mikoyan MiG-31, construido por primera vez durante la Unión Soviética, es un avión supersónico actualmente en funcionamiento en las fuerzas armadas de Rusia y Kazajistán. Los aviones MiG-31K, la variante enviada a los países de Oriente Medio, fueron actualizados en 2018 para poder llevar el misil de última generación Kinzhal.
El Kinzhal -que significa «daga» en ruso- puede volar a una velocidad de Mach 10 y se dice que tiene la capacidad de realizar maniobras evasivas en vuelo. Puede llevar ojivas convencionales y nucleares.
Los aviones participan en un ejercicio conjunto de la Armada y la Fuerza Aérea rusas en la parte oriental del mar Mediterráneo, donde se unirán a otros aviones de guerra, barcos y submarinos.
La base aérea rusa de Khmeimim, en Siria, está situada en la costa. El entrenamiento incluirá la comprobación de las capacidades de los aviones a altas temperaturas y el estudio de su rendimiento durante los vuelos largos sobre el agua.
La segunda pista de Khmeimim fue reconstruida y alargada recientemente, y ahora, por primera vez, los aviones más grandes pueden aterrizar en la base aérea siria. La larga alianza de Moscú con Siria se remonta al período soviético; Rusia ha participado en la Guerra Civil del país desde 2015, cuando fue invitada por el gobierno de Damasco para ayudar a luchar contra una insurgencia terrorista en el país.
El mes pasado, Rusia desplegó bombarderos de largo alcance Tu-22M3 en Jmeimim. El Tu-22M3 fue uno de los primeros aviones en aprovechar la reconstrucción.