Los científicos afirman haber encontrado un «nuevo mundo oculto» en el núcleo de la Tierra.
Durante mucho tiempo se ha creído que el centro de la Tierra es una bola sólida de hierro, rodeada por un núcleo externo supercaliente.
Pero nuevas investigaciones de sismólogos estadounidenses y japoneses revelan que la historia es mucho más compleja, con múltiples capas de metal duro, metal líquido y una cierta cantidad de material que está a medio camino entre ambos.
Ningún ser humano, ni siquiera las máquinas, podrían aventurarse a tales profundidades. Pero Rhett Butler, de la Universidad de Hawai, y su colega Seiji Tsuboib, que trabaja en el Centro de Ciencia y Tecnología de la Información de la Tierra de Japón, estudiaron cómo las ondas de corte creadas por los terremotos se mueven por el globo.
«Iluminada por los terremotos en la corteza y el manto superior», dijo Butler, «y observada por los observatorios sísmicos en la superficie de la Tierra, la sismología ofrece la única forma directa de investigar el núcleo interno y sus procesos».
La distribución de las ondas funcionaba como una especie de «sonar» que exponía con detalle la estructura interna del planeta.
Butler afirmó que había capas sucesivas «de aleaciones de hierro duras, blandas y líquidas o blandas en las 150 millas superiores del núcleo interno».
Según declaró a Science Daily, la investigación arroja nueva luz sobre la «composición, la historia térmica y la evolución de la Tierra».
Dijo que la investigación tenía algo más que un interés académico.
El núcleo de la Tierra es el motor del campo magnético que impide que nuestro planeta se convierta en un desierto irradiado como Marte.