Veinte millones de personas corren el riesgo de morir de hambre este año, ya que el retraso de las lluvias agrava una sequía ya brutal en Kenia, Somalia y Etiopía, ha advertido Naciones Unidas.
Desde hace meses, la extrema sequía ha dejado al Cuerno de África al borde de una catástrofe humanitaria, destruyendo cultivos y ganado y obligando a un gran número de personas a abandonar sus hogares en busca de alimentos y agua.
Mientras las tan esperadas lluvias no se materializan a casi un mes del inicio de la actual temporada de lluvias, «el número de personas hambrientas debido a la sequía podría aumentar de los 14 millones actuales a 20 millones hasta 2022», dijo el martes el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU.
Seis millones de somalíes -casi la mitad de la población- se enfrentan a niveles extremos de crisis alimentaria y existe «un riesgo muy real de hambruna en los próximos meses» si se mantienen las condiciones actuales, dijo el PMA.