Las sequías han aumentado un 29% en el espacio de una sola generación, según un documento que las Naciones Unidas publicaron el miércoles, en el que se observa que el problema se está acelerando rápidamente. Publicado para coincidir con la 15ª Conferencia anual de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, el informe «La sequía en cifras 2022» revela que las sequías comprenden solo el 15% de los desastres naturales, pero representan el 45% de las muertes relacionadas con los desastres, junto con una enciclopedia de otras estadísticas inquietantes.
Entre 1998 y 2017, las sequías costaron al mundo 124.000 millones de dólares, según el informe. También se cobraron unas 650.000 vidas entre 1970 y 2019, y el informe advierte que más de 2.300 millones de personas viven actualmente en condiciones de inseguridad hídrica, incluidos 160 millones de niños. Solo en Estados Unidos, las pérdidas económicas relacionadas con la sequía han ascendido a 249.000 millones de dólares desde 1980.
El empeoramiento de las condiciones de sequía hará que más de 700 millones de personas corran el riesgo de convertirse en refugiados climáticos en 2030 si no se hace algo para solucionar el problema, advierte el informe. Para 2040, una cuarta parte de los niños del mundo vivirá en lugares con escasez «extrema» de agua, y para 2050, más de tres cuartas partes de la población podría verse afectada de forma similar. Mientras que 3.600 millones de personas viven actualmente en zonas donde el agua escasea al menos un mes al año, esa cifra podría aumentar a 4.800 millones o incluso a 5.700 millones a mediados de siglo.
En total, el empeoramiento de las condiciones de sequía, combinado con la pérdida de cosechas, el aumento del nivel del mar y la superpoblación, podría obligar a 216 millones de personas a abandonar sus hogares, según el informe, lo que agravaría las crisis de refugiados existentes y pondría en aprietos a los gobiernos que no estuvieran preparados para tales catástrofes.
En cuanto a las soluciones, el Secretario Ejecutivo de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, Ibrahim Thiaw, ha centrado sus esfuerzos en la restauración de la tierra, sugiriendo a los gobiernos que construyan paisajes capaces de «imitar la naturaleza» con «sistemas ecológicos funcionales». Cita el ejemplo de Níger, donde los agricultores han reconstruido sistemas agroforestales en 12 millones de acres de tierra durante las últimas dos décadas, como una historia de éxito que hay que emular.