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El martes, la Oficina Meteorológica del Reino Unido informó de la existencia de un aviso ámbar de calor extremo para gran parte de Inglaterra y partes de Gales en la segunda mitad de la semana.
«La advertencia de calor extremo… estará en vigor desde el jueves hasta el final del domingo con posibles impactos en la salud, el transporte y la infraestructura», decía el comunicado.
El calor aumentará a lo largo de la semana y alcanzará su punto álgido el viernes y el sábado, con temperaturas que se espera que lleguen a los 30 grados centígrados (86 grados Fahrenheit).
El ámbar es el segundo nivel más alto de amenaza en la escala de tres niveles. Significa que existe la posibilidad de que se produzcan retrasos en los desplazamientos, cierres de carreteras y ferrocarriles, cortes de electricidad y riesgo potencial para la vida y la propiedad.
La única vez que la Oficina Meteorológica emitió una alerta roja fue a mediados de julio, cuando se establecieron nuevos récords nacionales. Las temperaturas más altas de la historia, de 40,3 grados C, se confirmaron en Coningsby, en Lincolnshire.